Irán responde al asesinato de Soleimani con ataque con misiles a dos bases militares de EEUU en Irak

FRANCISCO CARRIÓN|LLUÍS MIQUEL HURTADO|Imagen redes sociales. E.M.|El Mundo|Miércoles, 8 enero 2020 – 03:44. Decenas de misiles balísticos han impactado a primera hora de este miércoles en la base aérea iraquí de Ain Al Asad, una instalación ubicada en la vasta provincia occidental de Al Anbar y en la que se encuentran desplegadas tropas estadounidenses, en una operación reivindicada por la Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica en represalia por el ataque con dron estadounidense que segó el viernes la vida del general iraní Qasem Soleimani.

Fuentes militares estadounidense han confirmado que al menos seis proyectiles han golpeado la base. Teherán, no obstante, ha elevado la cifra de misiles a decenas. «En la Operación Mártir Soleimani en las primeras horas del miércoles, decenas de misiles tierra-tierra fueron disparados contra la base estadounidense y golpearon con éxito Al Assad», ha señalado la Guardia Revolucionaria en un comunicado.

El ataque se produce tras el multitudinario funeral de Soleimani en su ciudad natal de Kerman y después de que el líder supremo iraní Ali Jamenei prometiera una «dura venganza» contra Washington por el asesinato del general que durante dos décadas cementó la influencia iraní en Oriente Próximo, desde Irak hasta Líbano o Yemen. La agencia de noticias iraní Fars ha difundido un vídeo del supuesto ataque de misiles iraníes contra la base militar.

«Ha llegado la hora de cumplir la promesa», han comenzado los Guardianes de la Revolución su comunicado de anuncio de la que ha bautizado como operación ‘Venganza dura’, y que ha consistido, resalta, en dos oleadas de ataques con misiles. «Advertimos al Gran Satán, al régimen vicioso y arrogante americano, de que cualquier respuesta o acción se enfrentará a respuestas más dolorosas y crueles», advirtió.

También les advirtió de que su «ejército terrorista» estará sujeto «en cualquier territorio» a toda forma de hostilidad, que hacía extensiva a Israel. «Instamos al pueblo americano a llamar a las tropas americanas a evitar más bajas y a no permitir que las vidas de sus soldados estén más en peligro por el creciente odio anti régimen de EEUU», zanjó.

Asimismo, Teherán ha amenazado con lanzar ataques sobre Haifa en Israel y Dubai en Emiratos Árabes Unidos si su territorio es bombardeado, así como al resto de países de la región que faciliten el lanzamiento de ataques estadounidenses contra Irán.

Según analistas militares, se trata de misiles tipo Fatah-110, una serie de proyectiles balísticos tierra – tierra de fabricación iraní, con capacidad de transportar entre 450 y 650 Kg de explosivos, que se lanzan desde plataformas móviles. Medios iraníes no precisan el sitio desde el que fueron lanzados, aunque sí puede entenderse que fue desde suelo iraní por los vídeos trascendidos. Estos misiles tienen un radio de alcance de 300 Km. Según medios iraníes, la Fuerza Aérea iraní está en alerta. Y se cree que, al menos parte de los proyectiles, fueron lanzados desde suelo iraní.

El presidente estadounidense Donald Trump ha sido ya informado de la ofensiva. «Estamos al tanto de las informaciones sobre los ataques contra instalaciones estadounidense en Irak», ha reconocido portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, en un comunicado. «El Presidente ha sido informado y está siguiendo la situación de cerca y consultando con su equipo de seguridad nacional», ha precisado Grisham.

Washington ha avanzado, además, que se han registrado otros ataques paralelos en Irak. «Irán ha lanzado más de una docena de misiles balísticos contra tropas estadounidenses y fuerzas de la coalición [la alianza internacional contra el autodenominado Estado Islámico] en Irak», ha confirmado el portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman, en un comunicado.

Según Hoffman, «los misiles fueron lanzados desde Irán y golpearon al menos dos bases militares iraquíes que acogen personal estadounidense en Al Asad y Erbil», la capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí, en el norte del país.

DAÑOS LIMITADOS
El Pentágono, que se encuentra aún evaluando los daños, ha subrayado que se habían adoptado todas las «medidas oportunas» para proteger a las tropas y sus aliados». «Estas bases han estado en alerta máxima debido a las indicaciones de que el régimen iraní planeaba atacar nuestras fuerzas e intereses en la región», añade la nota.

En contraste a la última información procedente del Pentágono, que no menciona bajas en las tropas occidentales, medios iraníes anuncian que los ataques han dejado 30 heridos entre las tropas estadounidenses. Por otra parte, la agencia Tasnim, próxima a la Guardia Revolucionaria, ha informado de que el Líder Supremo, Ali Jamenei, ha seguido la operación Mártir Soleimani in situ, desde una sala de control.

«A medida que evaluamos la situación y nuestra respuesta, tomaremos todas las medidas necesarias para proteger y defender al personal y aliados de EEUU en la región», señala. Según fuentes de seguridad iraquíes, la flota de aviones de combate de la base ha resultado dañada.

Según el Mando Central de Estados Unidos, Irán ha lanzado un total de 15 misiles: una decena contra la base Ain Al Asad; otro contra una base en Erbil y otros cuatro que han resultado fallidos.

El ataque con misiles iraní ha elevado la alerta de la Administración Federal de Aviación de EEUU (FAA, por sus siglas en inglés). En el momento del lanzamiento, varias aerolíneas operaban vuelos en los espacios aéreos de Irak e Irán. El organismo ha reconocido que está vigilando la situación y coordinándose con compañías aéreas estadounidenses y autoridades extranjeras. Desde 2018 las aerolíneas estadounidenses tienen prohibido volar por debajo de los 8.000 metros de altitud en Irak.

El ataque se produce horas después de que Trump respondiera a las amenazas iraníes. «Estamos totalmente preparados. Y del mismo modo, estamos preparados para atacar si es necesario», declaró en una rueda de prensa en la que avanzó que su intención a largo plazo es retirar a las 5.200 tropas estadounidenses desplegadas actualmente en Irak pero a la velocidad que le demandan el Parlamento y el primer ministro iraquíes.

«Creo que hemos hecho un trabajo fantástico pero eventualmente queremos que Irak pueda manejar sus propios asuntos», manifestó. «Queremos irnos pero éste no es el momento oportuno para hacerlo», apostilló.

Mientras, los medios iraníes anuncian a bombo y platillo la operación militar. Algunas agencias de noticias han reproducido el tuit con la bandera de Irán publicado por el secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Jalili. Un tuit que, a su vez, buscaba replicar a aquel publicado por Trump la noche en que asesinó al general Soleimani. Retórica a banda, con la que Irán puede buscar dar el golpe de efecto que requería las repetidas llamadas a una «venganza» proferidas por sus líderes, el ataque iraní parece medido al milímetro para evitar que la escalada quede fuera de control.

Las posiciones golpeadas estaban alertadas previamente de la posibilidad de un ataque que, a la postre, aparentemente no ha causado un número abultado de bajas. La prensa de Irán se refiere a los objetivos como «los ojos de América en la región»: radares, antenas y equipamiento militar de observación. Uno de los primeros altos funcionarios iraquíes en pronunciarse ha sido el jefe de la diplomacia, Mohammad Javad Zarif. «Irán tomó y concluyó medidas proporcionales en defensa propia bajo el Artículo 51 de la carta de la ONU, atacando base desde donde cobardemente se lanzó un ataque armado contra nuestros ciudadanos y funcionarios», ha tuiteado. «No buscamos una escalada o una guerra, pero nos defenderemos contra cualquier agresión», concluyó.

LA BASE
La base de Ain Al Asad, asentada sobre el desierto, está ubicada a unos 160 kilómetros al oeste de Bagdad. Inicialmente llamada «Qadisiyah», fue construida en la década de 1980 por un consorcio de empresas yugoslavas y albergó tres unidades del ejército del aire iraquí hasta la invasión estadounidense en 2003, cuando fue abandonada.

Durante la presencia militar estadounidense en el país y hasta la retirada de las tropas en 2011, fue la mayor base estadounidense en el oeste de Irak. Después, volvió a ser clausurada. Las tropas estadounidenses volvieron a sus confines en septiembre de 2014, tras el establecimiento de la coalición contra el IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés).

Se encontraron entonces con unas instalaciones congeladas en el tiempo. «Literalmente, había periódicos con la fecha de la última vez que hubo alguien en la oficial», recordó un coronel. La base recibió la visita de Trump y su esposa Melania a finales de diciembre de 2018 y la de su vicepresidente Mike Pence y su cónyuge en noviembre de 2019 durante la celebración del día de acción de gracias. La base había sido golpeada anteriormente por cohetes lanzados por Kataeb Hizbulá, una de las milicias chiíes iraquíes englobadas en «Hashid Shaabi» (Movilización Popular, en árabe).

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