Sobreviven los crímenes

Ricardo Raphael| Milenio | Ciudad de México / 11.03.2025 02:43:33. El sábado hacia las 3:00 p.m. el periodista Antonio Nieto subió un mensaje a sus redes informando que, tras una operación quirúrgica, María Isabel Miranda de Wallace había muerto en el hospital ABC.

Un familiar le informó del deceso y el reportero, a cambio, prometió que no divulgaría su nombre, ni el verdadero motivo del ingreso al hospital. No conocía la hora exacta de la muerte, pero sabía que los restos serían trasladados a un velatorio ubicado al sur de la ciudad.

Ayer domingo por la mañana se celebró una misa en el velatorio referido con la presencia de un selecto grupo de familiares y amigos que dijeron palabras y lloraron ante un ataúd cerrado, el cual, poco tiempo después, fue enviado al crematorio.

Así cambia su curso una trayectoria que, durante casi 20 años, ocupó la escena pública y provocó gran polémica. Los mensajes depositados en las redes dan cuenta de ello: unos santifican y endiosan, otros refieren severidad y desconfianza.

Para mí, la fecha de lo ocurrido es un dato muy asombroso al final de una complicada investigación periodística, la cual, desde hace semanas, estaba prevista para llegar a librerías el jueves próximo.

Aunque de Isabel Miranda se conozcan algunas historias, nada volverá a ser igual después de que este texto sea dado a conocer: son muchos los crímenes cometidos al amparo del supuesto secuestro y asesinato de su hijo Hugo Alberto León y las víctimas que los padecieron han sufrido de manera indecible.

Es hora de que puedan ser liberadas física y mentalmente del horror vivido. No solo me refiero a las seis personas que actualmente se encuentran privadas de la libertad, sino también a la larga lista de seres humanos que vieron desgarrada su existencia por el caso Wallace.

Comete un error quien crea que el autor de esta violencia ha dejado de estar entre nosotros. Si Isabel Miranda pudo causar tanto daño fue porque contó con la complicidad de individuos e instituciones que aún custodian con celo un régimen penal tremendamente injusto y lucran todos los días con su falsedad.

Zoom: Lo único que nunca muere son los crímenes cometidos. Quien tenga dudas habrá de salir de ellas recorriendo las más de 500 páginas de Fabricación, un relato que, además del caso Wallace, habla de la sociedad, los funcionarios y los políticos que por mezquina conveniencia alimentaron un poder muy arbitrario.

Entradas relacionadas

Deja tu comentario