Analistas indican que la debilidad en el consumo se debe a la desaceleración en la creación de empleo formal, un menor aumento de los ingresos de los hogares, altas tasas de interés reales, así como a la depreciación del tipo de cambio.
Por Alejandro Moscosa| Foto Cuartoscuro |El Financiero| diciembre 18, 2024 | 2:05 hrs. El consumo privado en México podría enfrentar un nulo crecimiento en la recta final del año a pesar de las fiestas decembrinas, reflejo de la cautela al interior de los hogares y la ralentización podría extenderse en los primeros meses del 2025.
Estimaciones del INEGI revelan que en octubre el consumo habría caído 0.1 por ciento mensual y en noviembre registrado un estancamiento, es decir, 0.0 por ciento mensual, según cifras desestacionalizadas del Indicador Oportuno de Consumo Privado (IOCP).
El indicador ya daba señales de un enfriamiento desde septiembre, cuando mostró una caída de 0.3 por ciento mensual, de acuerdo con cifras desestacionalizadas del Indicador Mensual del Consumo Privado (IMCP).
Para el penúltimo mes ya había señales de cautela, ya que la confianza del consumidor mostró una baja mensual de 1.8 puntos, tras el avance de 2.3 unidades en octubre.
Señales de fragilidad
Analistas de Monex explicaron que los datos dan más señales de fragilidad para el consumo en el corto plazo y se extendió la debilidad con posibles efectos del último repunte en la inflación de octubre.
“Hacia el cierre del año, los elementos clave para el consumo serán recobrar la confianza de los consumidores luego del débil resultado de noviembre; la estabilización de la inflación, y los efectos del último movimiento de política monetaria de Banxico del 19 de diciembre”, indicó Janneth Quiroz, directora de análisis económico de Monex.
Víctor Manuel Herrera, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, puso como ejemplo la desaceleración en la creación de empleo formal y que deriva en una menor demanda.
“El año pasado se generaron 650 mil empleos formales al IMSS, pero en el 2022 fueron 750 mil, hoy estamos esperando para este año 365 mil y repetir esa cantidad en 2025. Lo positivo es que se sigue generando empleo en México, lo negativo es que no es el ritmo que se necesita”, indicó Herrera.
Alberto Ramos, economista en jefe para América Latina de Goldman Sachs, señaló que es probable que el consumo de los hogares se enfrente a vientos en contra por la incertidumbre posterior a las elecciones y el debilitamiento del impulso fiscal.
“En el lado positivo, es probable que el gasto siga beneficiándose de flujos de crédito firmes y un contexto de mercado laboral aún sólido”, agregó.
La recuperación del consumo se dio desde el segundo semestre de 2022 impulsado por la mejora del mercado laboral, los elevados flujos de remesas y un peso fuerte, sin embargo, son factores que comienzan a revertirse, destacaron analistas de Banamex.
“Hacia delante, esperamos que el consumo de los hogares continúe desacelerándose debido al menor aumento de los ingresos de los hogares, altas tasas de interés reales y depreciación del tipo de cambio”, añadieron.
A menor ritmo
Los datos del IOCP muestran un avance de 1.9 por ciento anual en octubre, y de 1.5 por ciento en noviembre que, de confirmarse este último dato sería el más bajo desde febrero del 2021.
En el acumulado de enero a noviembre se vería un crecimiento de 3.3 por ciento anual en el consumo, por debajo del 4.3 por ciento del mismo lapso del año pasado.
Si bien las cifras pueden tener ajustes, las proyecciones dan muestra de que los consumidores han tomado con moderación sus decisiones de consumo a la espera de ver con más claridad su situación personal, principalmente en materia de empleo.
“A la moderación del empleo formal, se suman la incertidumbre política interna y externa, la posible disminución de las remesas, la depreciación del peso y el impacto de la inseguridad pública”, según Banco Base.
Ángel Huerta, analista de Ve por Más, recalcó que en lo que resta del año y a inicios del 2025 el consumo se tornaría más defensivo, centrándose en el segmento básico, al tiempo que el discrecional seguiría perdiendo fuerza.
“El débil crecimiento económico se ha traducido en un menor ritmo de creación de empleos. Además, si bien tanto la inflación como las tasas de interés bajarán algo más, permanecerán relativamente elevadas, erosionando el poder adquisitivo y restringiendo el acceso al financiamiento de los hogares, respectivamente”, precisó Huerta.