Alonso Urrutia y Arturo Sánchez|Foto Presidencia |La Jornada |19 de septiembre de 2024 07:03. Ante la reaparición pública en México del ex mandatario priísta Ernesto Zedillo, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que eso es expresión de la crisis nerviosa del bloque conservador. “Ahora sí vino y se desató. Y así está desatada toda la maleantada; por algo será”.
Con ironía, el jefe del Ejecutivo federal se refirió a él como su eminencia, quien ofreció que el rescate bancario, conocido como Fobaproa, costaría 180 mil millones de pesos, pero a la fecha se han desembolsado 3 billones, y aún faltan 50 años para liquidar la deuda.
Se refirió a los augurios de Zedillo de que México se convertirá en una dictadura, la cual encuadró en la guerra sucia que, sostuvo, predomina en estos tiempos. Este señor no tiene autoridad moral para hablar de democracia en México. Refrescó la memoria a quienes lo quieren ubicar como líder, pues lo identificó como responsable de la represión de Aguas Blancas, de la matanza en Acteal; todo eso se les olvida hasta a los de las organizaciones no gubernamentales, ya Zedillo se convierte en dirigente de la oposición.
En la mañanera de ayer, sin mediar pregunta, descalificó la presencia en México del ex mandatario, quien no había reaparecido ni hablado en el país, pues se dedicaba a presentarse en sus círculos internacionales con intelectuales como el escritor Mario Vargas Llosa. Y ahora, reaparecen Zedillo y el ex secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna; nada más estoy esperando a Salinas, pero no ha hablado.
Esta vez, López Obrador se explayó más en el pasado que identifica al gobierno de Zedillo, cuyo rescate de bancos y empresas, conocido como Fobaproa, fue el sello de su administración.
“El doctor Zedillo tiene algo, que se los dejo de tarea para que conozcan cómo es realmente: cuando iba a rescatar a los potentados, a los que lo defienden, a los que lo trajeron ahora, cuando convirtió las deudas privadas de unos cuantos en deuda pública, la eminencia, cómo en 1996, en su segundo Informe, habla de la crisis financiera y dice que va a ser necesario rescatar a bancos y empresas, pero que eso era lo mejor; ya ven cómo decían: ‘es un remedio amargo, pero es lo mejor, hay que apretarnos el cinturón’”.
En ese entonces, expuso, el ex presidente calculó que se requerirían 180 mil millones de pesos de dinero del pueblo. A la fecha, anualmente el gobierno tiene que erogar 50 mil millones para pagar esa deuda que suma 3 billones. Estimó que en 50 años finalmente se liquidará ese pasivo que para entonces, calculó, oscilará entre 6 y 7 billones de pesos.
–¿ Zedillo tendría que ser juzgado por traición a la patria?
–Ya se hizo una consulta sobre eso. Y yo no soy partidario de esas cosas; lo que dije desde que tomé posesión, que había que ver hacia adelante y nunca más hacer eso, tomar esas decisiones políticas.
Recordó que en la pandemia vinieron los zedillistas a buscar que se les eximiera del pago de impuestos y que el país se endeudara para salir de la crisis económica. Identificó a Carlos Salazar, dirigente del Consejo Coordinador Empresarial, como gestor de esos planteamientos.
“Lo voy a decir, porque se portó –ya lo dije en una ocasión– muy bien en otros temas, pero en ese caso se equivocó; no por él, sino por los que representa, el que estaba de presidente del consejo. Y todavía riéndose me dijo: ‘si al final no va a recaudar nada’. Se equivocó, como se han equivocado otros.”