Venezuela: el fantasma de las guarimbas

Tras la reelección de Nicolás Maduro, la oposición convocó a protestas en todo el país. Los grandes medios las maximizaron, y en la población revivió el temor por la ola de violencia de 2017.

30 julio, 2024|Texto: Alejandro Ruiz/Foto: Israel Fuguemann / Cuartoscuro|CARACAS, VENEZUELA. – Este 29 de julio, simpatizantes de la oposición venezolana protagonizaron una serie de protestas por Caracas, la capital del país, y también en otros estados de la República Bolivariana.

Las protestas iniciaron en los municipios de Petare, La Vega y Caricuau, y se concentraron en algunos puntos, dispersas, y no extendidas en toda la ciudad, como han difundido algunos medios de comunicación que inclusive usaron imágenes de las guarimbas realizadas entre 2016 y 2017.

El objetivo de las manifestaciones era llegar al Palacio de Miraflores, sede del gobierno, donde también se concentró un grupo de chavistas que declararon que iban a defender “la voluntad popular”.

A la par, el gobierno de Venezuela realizó un operativo encabezado por los cuerpos de seguridad para contener las manifestaciones, las cuales, bloquearon algunas avenidas e incendiaron botes de basura, derribaron estatuas y atacaron sedes del partido oficialista, el PSUV.

Hasta el momento no hay reportes de pérdidas humanas, y se espera que continúen a lo largo de toda la semana.

La batalla continúa
Por la noche, la dirigente opositora, María Corina Machado, convocó este 30 de julio a Asambleas Populares para definir la ruta que seguirá la oposición ante la reelección de Nicolás Maduro, acreditada horas antes por las autoridades del Consejo Nacional Electoral.

Además, en un mensaje a medios, proclamó como legítimo presidente a su candidato, Edmundo González, argumentando que ella tiene en su poder las pruebas de su victoria, mismas que no ha presentado a la sociedad.

El Consejo Nacional Electoral tampoco ha ayudado mucho a disipar las dudas que acusan irregularidades, pues hasta este momento no ha presentado las actas con el cómputo total de los resultados de la elección. Sin embargo, los errores y retrasos no justifican la violencia, y el llamado que desde hace un mes hace Corina Machado a una “rebelión popular”.

Pero la táctica opositora es similar a la que usaron en 2016, cuando los mismos grupos opositores autoproclamaron como presidente a Juan Guaidó, con el respaldo del gobierno de los Estados Unidos.

Este acto, desató una ola de violencia en el país, y sumergió a Venezuela en una crisis política que se sumó al endurecimiento del bloqueo económico y otras estrategias para desestabilizar la economía nacional.

Como respuesta a las protestas, el gobierno de Venezuela expulsó a las embajadas de países a los que calificó de injerencistas, entre ellos Argentina, Paraguay, República Dominicana y Uruguay.

Un día antes, declaró que estos países, junto a expresidentes y senadores de Estados Unidos, habían operado políticamente para desestabilizar la elección. También, denunció un intento de hackeo al sistema electoral.

A la par de esta medida política, la dirigencia del PSUV convocó a una protesta masiva en todo el país para defender el voto.

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