El gobernador electo de Puebla tiene ante sí un panorama complejo, toda vez que arrastrará con las alianzas que tejió con grupos como los marinistas y con rancios cacicazgos locales. El estado ha tenido siete gobernadores en los últimos siete años.
Por Gabriela Hernández| Foto: Benjamín Flores |miércoles, 19 de junio de 2024 · 05:00 |PUEBLA, Pue. (Proceso).– Aunque Alejandro Armenta Mier ganó los comicios del 2 de junio por la gubernatura de Puebla con la votación más cuantiosa en la historia política de esta entidad y contaría con mayoría calificada en el Congreso local, las múltiples alianzas con grupos como los marinistas y acuerdos con cacicazgos locales que tejió en su largo camino para obtener el cargo, auguran un panorama complejo para Puebla.
Donde mayores repercusiones sociales tendrán estas alianzas que se pactaron para el triunfo de Morena será en los gobiernos municipales, pues en unos casos se ratificaron alianzas con grupos familiares o políticos que se han convertido en cacicazgos que perduran en el poder, mientras en otros se eligieron perfiles relacionados o señalados por tener vínculos con grupos criminales.
El senador con licencia logró cumplir con su oferta de aportar más de dos millones de votos para el triunfo de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum (él mismo obtuvo un millón 908 mil 954 sufragios, 59.5% del total), casi tres veces más que los 687 mil 341 que sacó Miguel Barbosa Huerta.
Pero este triunfo fue construido a través de incorporar todos los grupos, élites y cacicazgos con los que pudo llegar a acuerdos y que le ofrecieron “aportar” votos.
Su equipo de campaña estuvo principalmente conformado por excolaboradores del exgobernador Mario Marín, grupo político en que el mismo Armenta se forjó: Valentín Meneses, Alberto Jiménez Merino, Lauro Sánchez López, Claudia Hernández Medina, Darío Carmona y Javier Sánchez Galicia, entre muchos otros.
Pero en la campaña de Morena lo mismo operaron expriistas como Jorge Estefan Chidiac y Ardelio Vargas Fosado, que los morenovallistas Eukid Castañón y Marcelo García Almaguer; el exgobernador Antonio Gali Fayad; los expanistas Morales Rodríguez; los hermanos del exgober precioso Mario Marín: Blandina y Enrique Marín; además de grupos ligados a Antorcha Campesina y líderes migrantes.
En su afán por incorporar a los morenistas de base, Armenta puso como coordinador de campaña a Rodrigo Abdala, sobrino del exgobernador y ahora titular de la CFE, Manuel Bartlett Díaz; igual sumó a Gabriel Biestro, uno de los hombres de confianza del fallecido gobernador Miguel Barbosa Huerta y a familiares de la exalcaldesa morenista de Puebla capital, Claudia Rivera Vivanco.
De la misma manera hizo acuerdos con el gobernador sustituto Salomón Céspedes Peregrina y con representantes del barbosismo como Julio Huerta Gómez, primo del extinto gobernador, quien será diputado por la vía plurinominal; mientras que la viuda Rosario Orozco será diputada federal.
También le abrió las puertas a los que apoyaron a su primo Ignacio Mier, quien fue su principal opositor en la interna de Morena, como los expriistas Luis Antonio Godina, Antonio Hernández y Génis y Francisco Ramos, así como al cuñado de Rafael Moreno Valle, Fernando Manzanilla Prieto.
Alianzas en municipios
En tanto que, en los municipios diversos cacicazgos regionales se subieron a la 4T a través del propio Morena, del PVEM, de Fuerza por México, por el Partido del Trabajo o por Nueva Alianza. Así, esta alianza gobernará la mayoría de los 217 municipios, entre ellos 19 de los 20 más poblados, de los cuales el PAN sólo se alzó con la victoria en San Andrés Cholula.
Lo mismos alcaldes y políticos del PRI, PAN o PRD que despotricaban contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, en esta elección se asumieron parte de la Cuarta Transformación.
Un ejemplo de ellos es Carlos Barragán Amador, electo presidente municipal de Xicotepec por Sigamos Haciendo Historia (SHH), aunque meses antes era común que subiera videos en sus redes en los que criticaba las políticas emprendidas por López Obrador.
Muchos de los que ganaron con la alianza SHH en Puebla apenas se sumaron a la 4T unos días antes de iniciar las campañas, como la expriista Graciela Palomares o la expanista María de la Barreda, quienes ahora serán diputadas locales.
En la alcaldía de la capital ganó el empresario expriista José Chedraui Budib, quien no es parte del grupo de Armenta, pues fue impulsado por Céspedes Peregrina, y se asegura que podría buscar ser el próximo candidato a gobernador, en contraposición a los armentistas.
Inestabilidad
Armenta llegará al poder precedido de uno de los sexenios de mayor inestabilidad política en esta entidad, pues desde el panista Rafael Moreno Valle (2011 a 2017) ningún mandatario ha completado un sexenio.
En los últimos siete años Puebla ha tenido siete gobernadores. Tres gobernantes murieron, dos cuando estaban en funciones, lo que trajo para la entidad periodos de reacomodos, incertidumbre, parálisis, retrocesos e inevitables interrupciones en planes y programas gubernamentales.
En 2017, al concluir el gobierno de Moreno Valle, Antonio Gali Fayad asumió una minigubernatura que duró sólo un año y ocho meses; después fue electa la panista Martha Érika Alonso Hidalgo, pero sólo estuvo 10 días en el cargo, pues falleció junto con su esposo, el senador Moreno Valle, al desplomarse el helicóptero en el que viajaban el 24 de diciembre de 2018. A partir de esto Jesús Rodríguez Almeida, quien era secretario de Gobernación, fue encargado de despacho del gobierno estatal.
Luego, el Congreso nombró a Guillermo Pacheco Pulido como interino y estuvo a cargo del Ejecutivo hasta que se realizaron los comicios extraordinarios en los que fue electo Miguel Barbosa Huerta, quien asumió el 1 de agosto de 2019, pero no terminó su mandato, pues murió el 13 de diciembre de 2022. Le siguió Ana Lucía Hill Mayoral, que sólo duró unas horas como encargada del Despacho de la Gubernatura.
Aún Barbosa no recibía sepultura cuando el Congreso local nombró como sustituto al actual mandatario, Salomón Céspedes Peregrina, quien era en ese momento líder del Legislativo poblano.
Cultivo de la imagen
Armenta inició su proyecto para ser gobernador de Puebla desde 2019, cuando contendió contra Barbosa Huerta en la interna de Morena.
En ese momento incluso impugnó los resultados y se confrontó públicamente con el ahora fallecido exgobernador, en una pugna que parecía irresoluble, pues el senador fue expuesto en un audio cuando confabulaba contra Barbosa.
No obstante, en los siguientes años Armenta se dedicó a alabar y enviar mensajes de apoyo al fallecido mandatario. Y desde el Senado entregó múltiples reconocimientos y homenajes a poblanos, con lo cual habría iniciado su trayecto de alianzas y acuerdos políticos para llegar a la gubernatura.
Desde 2021, en esta entidad se pudieron observar decenas de espectaculares y lonas con la imagen del senador anunciando su libro La importancia del litio en México y se le vio en giras por diversos municipios, donde hablaba sobre las reformas obradoristas, sobre sus libros o repartía arbolitos, sin que transparentara el origen del financiamiento de estas actividades con las que promovió su imagen.
En 2023 Armenta logró ganar la nominación de Morena a su primo Nacho Mier, tras una reñida competencia interna, en la que igual hubo un intenso despliegue de propaganda y una lucha por sumar perfiles y grupos políticos a cada proyecto.
En sus primeras declaraciones como gobernador electo, el político ha anunciado que creará las secretarías del Deporte y la Juventud y la de Cultura y Arte, y tiene entre sus propuestas la meta de convertir a Puebla en lo que sería un Silicon Valley.
Sobre lo que será su gabinete no ha dado adelantos, sólo ha asentado que los cargos no serán “becas, ni días de campo”, y que exigirá “consagración y amor”.
“El perfil de quienes quieran servir a Puebla va a ser muy, muy estricto”, afirmó.
Como cabezas de su grupo de transición nombró a Rodrigo Abdala y a su colaborador de confianza, José Luis García Parra, alias el Choco, sobrino político de Mario Marín Torres, quien generó polémica al comprarse un Audi R8.
Pero el senador con licencia ha aclarado que su equipo de transición no será el gabinete, por lo que aún no hay certeza para nadie en los cargos. Los marinistas son quienes lo han acompañado en su carrera política, pero nombrarlos ubicaría su llegada como una reedición de ese sexenio, no bien recordado por los poblanos.
El Congreso
Conforme a la distribución de plurinominales que hizo el Instituto Estatal Electoral, Armenta gobernará sus primeros tres años con un Congreso local en el que Morena y sus aliados tendrán la mayoría calificada, con lo que podrían hacer cambios a la Constitución y modificar todo lo que quieran sin tener que negociar con la oposición.
De 41 diputados que conforman el legislativo, la alianza Sigamos Haciendo Historia obtuvo los 26 distritos de mayoría que se disputaron en las urnas y le asignaron cuatro diputaciones plurinominales, con lo que sumará 30 escaños, 73% del total de votos.
La oposición estaría conformada por sólo 11 diputados plurinominales, de los cuales siete son del PAN, dos de MC y dos del PRI. Pero en la bancada panista ya dan por hecho una baja, pues uno de sus legisladores electos, Javier Vargas, se sumó a Armenta durante la campaña.
Sin embargo, el PAN presentó un recurso de impugnación al considerar que la distribución de plurinominales hecha por el IEEP origina una sobrerrepresentación de SHH pues, en los resultados finales, Morena y sus aliados obtuvieron 57% de los votos. Óscar Pérez Córdova Amador, representante del PAN ante el instituto electoral, sostiene que esta sobrerrepresentación rompe con el principio de pluralidad que debe prevalecer en el Legislativo.
Los militantes del partido sostienen que esta mayoría es sólo de nombre porque consideran que no habrá una representación real de la izquierda en la próxima Legislatura.
Entre los diputados electos se encuentra la exalcaldesa priista de Xicotepec Guadalupe Vargas, Leonela Martínez, cuyo padre es el alcalde priista de Tepanco de las Flores, así como la petista Araceli Celestino Rosas, señalada como parte de un cacicazgo local.
Laura Artemisa García Chávez se menciona como la posible líder de la fracción morenista, con todo y que los últimos años militó en el PRI, MC, Panal y Fuerza por México.
En la misma situación está Grace Palomares, quien en este proceso electoral aspiró a ser candidata a gobernadora por MC y antes militó en el PRI, PVEM y en Nueva Alianza.
Lo mismo será legislador guinda Miguel Márquez, uno de los aliados más cercanos del líder sindical de los electricistas, Martín Esparza, acusado de enriquecerse con los bienes que eran de Luz y Fuerza del Centro y que les fueron entregados al SME.
También serán diputados Mauricio Céspedes, hermano del actual gobernador; Katia Sánchez, cuyo esposo, Eric Cotoñeto Carmona, fue uno de los hombres más cercanos a Barbosa, y Roberto Zataráin. Él y la exalcaldesa Claudia Rivera Vivanco son esposos.
La oposición estará conformada por sólo 11 diputados plurinominales, de los cuales siete son del PAN, dos de MC y dos del PRI.
Pero en la bancada panista, antes de tomar protesta, ya dan por hecho una baja, pues uno de ellos, Javier Vargas, durante la campaña se sumó a Armenta.
Municipios: cacicazgos y relaciones sospechosas
Entre los próximos alcaldes figuran personajes señalados de tener vínculos con la delincuencia.
Uno de ellos es Juan Lira Maldonado, alias el Moco, quien triunfó en Chignahuapan. Fue postulado por Fuerza por México, aunque en 2020 la Secretaría de Seguridad Pública del Estado lo detuvo y presentó como presunto líder huachicolero de la Sierra Norte.
En Venustiano Carranza triunfó Marco Valencia Ávila, nominado por PAN, PRI, PRD y Pacto Social de Integración (PSI), perteneciente a una familia que ha sido investigada por supuestos nexos con Los Zetas, robo de combustibles y narcotráfico.
Sin embargo, tanto en Venustiano Carranza como en Chignahuapan, el IEEP declaró la invalidez de la votación al perderse la certeza sobre los paquetes electorales que dejaron de ser custodiados debido a la presencia de grupos armados. En estas dos localidades se realizarían comicios extraordinarios.
En Quecholac obtuvo la alcaldía, postulada por PSI, Guadalupe Martínez, hija de Antonio Valente Martínez Fuentes, quien asegura ser agricultor, pero el propio gobierno y medios de comunicación lo han identificado como líder delincuencial del Triángulo Rojo.
Otra situación particular ocurre en los municipios de Chalchicomula de Sesma, Tlachichuca y San Nicolás Buenos Aires, que son vecinos entre sí y que tendrán como alcaldes a los hermanos Uruviel, Giovanni y Ramiro González Vieyra, respectivamente, quienes contendieron por MC y son señalados de haber conformado un grupo caciquil en esa región.
Además, los cacicazgos fueron perpetuados en otros municipios.
Por ejemplo, en Eloxochitlán, uno de los municipios más marginados de Puebla, ganó Delfino Hernández, por el PT, cuya familia lleva gobernando desde 2014 y es acusado de corrupción, abusos de poder y ejercer violencia contra los habitantes.
En Tlacuilotepec los resultados apuntan a que la familia Guzmán, esta vez por el PVEM, asumirá un sexto periodo. En Zacapala, los Huesca, de la mano de Morena, seguirán al frente del ayuntamiento, como lo han hecho desde mediados de los 80.
En Piaxtla se reeligió el edil Miguel Maceda, por el PT, quien no ha librado el proceso penal como como presunto implicado en el homicidio del campesino Ángel Tigre Aquino.
En Amozoc seguirá gobernando la familia del actual alcalde morenista Mario de la Rosa, expastor de la Iglesia Luz del Mundo, pues ganó su hermano Severiano.
En todas estas localidades hay grupos ciudadanos que buscaban cambios y se han confrontado y denunciado a los cacicazgos. Coinciden en que estos grupos se impusieron a través de la compra de votos, de intimidaciones, cooptación o amenazas, incluso con ataques armados, como en Eloxochitlán.