Hoy se cumplen 7 meses de que Hamas atacó instalaciones de Israel. La venganza del gobierno Benjamin Netanyahu contabiliza más de 34 mil personas asesinadas y la destrucción total de Gaza. Ahora el Estado de Israel avanza militarmente contra su último objetivo: Rafah, donde viven más de 1.4 millones de personas desplazadas
7 mayo, 2024|Texto: Alejandro Ruiz| Foto: Tomada de video Al Jazeera| Pie de Página |CIUDAD DE MÉXICO. – Este viernes 6 de mayo, Israel bombardeó la ciudad palestina de Rafah, donde desde hace meses se encuentran como refugiados más de 1.4 millones de personas, la mitad mujeres y niños.
El ataque ocurre cuando el Estado de Israel prepara una ofensiva militar terrestre en Rafah, como lo confirmó el primer ministro israelí, Bejamín Netanyahu, para quien atacar la ciudad que ha servido de refugio para millones de palestinos significa asegurar la victoria final contra el pueblo palestino.
El anuncio de Netanyahu llega después de que el grupo político-militar Hamas, que el 7 de octubre de 2023 atacó instalaciones de Israel, aceptó una propuesta de alto al fuego mediada por Egipto y Qatar.
Hamas aceptó el intercambio de prisioneros y el retorno de los desplazados a cambio de poner fin a los ataques. Israel, sin embargo, rechazó esta propuesta, y dijo que enviará una delegación a Egipto para que negocie los términos de este acuerdo. Mientras tanto, seguirá preparando su ofensiva militar en Rafah, la cual puede tener consecuencias catastróficas, según organismos internacionales.
Ofensiva en Rafah será una nueva catástrofe: Unicef
Las alarmas se encendieron cuando el Estado de Israel ordenó la evacuación de la ciudad de Rafah. Lo hicieron a través de volantes lanzados desde el cielo donde pidieron a la población salir de ese lugar ante una inminente invasión terrestre.
Este hecho, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) sería una catástrofe «dada la alta concentración de niños en Rafah», expresaron en un comunicado. Y añadieron:
«Unicef advierte de una nueva catástrofe para ellos, ya que las operaciones militares causarán un gran número de víctimas civiles y destruirán totalmente los pocos servicios básicos e infraestructuras que necesitan para sobrevivir».
La preocupación de Unicef es compartida por otras agencias internacionales, como la Agencia para atender a los desplazados palestinos (UNRWA), quienes advirtieron que esta escalada militar israelí también sería catastrófica. También, afirmaron que no dejarían Rafah para proporcionar ayuda vital a las personas.
Además de estas agencias, gobiernos como el de Arabia Saudí también han pronunciado su rechazo a la inminente ofensiva militar israelí, y exigió que “la comunidad internacional intervenga inmediatamente para detener el genocidio llevado a cabo por las fuerzas de ocupación contra civiles indefensos en los territorios ocupados palestinos”.
A esta petición también se sumaron otros países, como Jordania, quien a través de su canciller criticó que Israel no esté dispuesto a firmar un acuerdo de alto al fuego.
“Hamás ha presentado una oferta. Si Netanyahu realmente quiere un acuerdo, negociará la oferta en serio. En lugar de eso, está poniendo en peligro el acuerdo bombardeando Rafah.”
Inclusive, Joe Biden, presidente de los Estados Unidos (el mayor financiador de Israel y su garante político ante las Naciones Unidas) criticó la postura de Netanyahu, asegurando «que una operación militar en Rafah en este momento aumentaría dramáticamente el sufrimiento del pueblo palestino (y) conduciría a una mayor pérdida de vidas civiles».
Bitácora de un genocidio a 7 meses de la ocupación
1. «Es hora de ser cruel»
La mañana del 7 de octubre de 2023 el brazo armado de Hamas, las Brigadas Al Qassam (en conjunto con el Yihad Islámica Palestina) lanzaron ataques aéreos contra Israel. También dirigieron ataques terrestres y con drones contra instalaciones militares y a las ciudades que colindan con la franja de Gaza.
La operación, bautizada como «Inundar al-Aqsa», coincidió con el aniversario de la Guerra de Yom Kippur de 1977, cuando Egipto y Siria declararon la guerra a Israel para recuperar el control estratégico de algunas ciudades y el canal de Suez. Y también inaugurarían uno de los episodios más crueles en la historia de la humanidad.
Tras el ataque de Al Qassam, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, declaró mediante un video oficial que los ataques suscitados no eran «una operación, ni una escalada: sino una guerra».
Horas más tarde, el ministro de Finanzas de Israel, Bazalel Smotrich, declaró durante el gabinete de guerra: «Es hora de ser cruel, incluso si eso significa matar a los rehenes israelíes en Gaza».
Y comenzó el genocidio que, hasta el día de hoy, ha cobrado las vidas de más de 34 millones de palestinos, la mayoría mujeres y niños. Todo, bajo el amparo de la comunidad internacional, quienes desde las negociaciones diplomáticas atestiguaban los crímenes de guerra cometidos por el ejército israelí.
2. Los crímenes de guerra
Un ejemplo ocurrió el 18 de octubre, cuando al menos 500 personas murieron después de que una bomba estallara sobre el hospital Al-Ahli, en la franja de Gaza. Otro ejemplo, ha sido el asesinato sistemático de periodistas que cubren el conflicto.
El bombardeo a hospitales y el asesinato a periodistas no ha parado.
Un dato: las armas que se han usado para estos asesinatos, han sido, en su mayoría, estadounidenses.
A partir de ahí, la barbarie sólo ha ido en escalada, como lo alertaron desde un inicio las organizaciones y agencias internacionales de ayuda humanitaria. De hecho, las alarmas están encendidas desde el 25 de octubre, cuando comenzaron los primeros reportes de la falta de combustible que ponía en riesgo el arribo de la asistencia humanitaria en Gaza.
Meses más tarde, en febrero de 2024, la ONU alertó que el 90 % de los niños menores de dos años y 95 % de las mujeres embarazadas y lactantes se enfrentan a una pobreza alimentaria grave, justo por la falta de alimentos.
3. El penoso papel de la comunidad internacional
Las reacciones de la comunidad internacional tuvieron que esperar hasta el 26 de octubre para 26 de octubre para que un borrador de una propuesta de tregua humanitaria encontrara eco en la Asamblea General de las Naciones Unidas. La propuesta, sin embargo, no avanzó, aunque se aprobó con 120 votos a favor, 14 en contra, y 45 abstenciones.
Los países que votaron en contra fueron: Israel, Estados Unidos, Austria, Croacia, República Checa, Fiji, Paraguay, Guatemala, Hungría, Islas Marshall, los Estados Federados de Micronesia, Nauru, Papua Nueva Guinea y Tonga. Las abstenciones: Ucrania, Uruguay, Suiza, Alemania, Italia, Japón, Canadá y la India.
Ese mismo día, el ejército israelí comenzó sus operaciones militares terrestres en Gaza, y con esto, inauguró el desplazamiento de millones de personas hacia la ciudad de Rafah.
Después de este proyecto de tregua, las Naciones Unidas han rechazado 4 proyectos de alto al fuego en su Consejo de Seguridad. Tres de ellos por el veto ejercido por los Estados Unidos, y el último, por el veto ejercido por Rusia y China.
El último episodio fue el análisis de una solicitud del ingreso de Palestina como estado miembro de las Naciones Unidas, pero una vez más, Estados Unidos rechazó esta solicitud.
Para noviembre de 2023 las condenas internacionales se acumulaban sobre Israel, e inclusive llevaron a la renuncia del director de la oficina del alto Comisionado de la ONU, Craig Mokhiber. El motivo: la inacción de esa organización ante el genocidio sionista en Palestina.
En su carta, Mokhiber escribió lo siguiente:
«Este es un caso de genocidio de libro de texto. El proyecto europeo, etno–nacionalista y de colonialismo de colonos en Palestina ha entrado a su fase final, hacia la acelerada destrucción de los últimos remanentes de vida de indígena en Palestina. Es más, los gobiernos de los Estados Unidos, Reino Unido, y buena parte de Europa, son totalmente cómplices del horrible ataque. Pues no solo estos gobiernos se rehúsan en atender sus obligaciones ‘para garantizar el respeto’ de los convenios de Ginebra, sino que de hecho, ellos están armando activamente el ataque, proveyendo de apoyo económico y de inteligencia, y dando cobertura política y diplomática a las atrocidades de Israel».
México, lamentablemente, ha mantenido una postura ambigua ante el genocidio, algo que no han hecho otros gobiernos progresistas en la región como Brasil o Colombia. Aunque en enero, México y Chile pidieron a la Corte Penal de Justicia que investigue los crímenes cometidos por Israel en Palestina.
En diciembre de 2023, el gobierno de Sudáfrica tomó la iniciativa y denunció a Israel por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia, alegando que, con sus ataques en la Franja de Gaza, Israel ha violado la Convención sobre el genocidio contra el pueblo palestino.
La denuncia aún no es procesada, aunque ya han habido audiencias al respecto, y la Corte Internacional emitió medidas cautelares para evitar el genocidio contra el pueblo palestino. Y también, admitió revisar los 57 años de ocupación israelí.
4. Los pueblos se unen a Palestina
A diferencia de la comunidad internacional, desde el inicio del genocidio, organizaciones y activistas se han movilizado en todo el mundo para exigir el cese al fuego.
Tal vez el acto más extremo fue el del soldado estadounidense Aaron Bushnell, quien se autoinmoló en protesta por el genocidio y el papel que han tenido los Estados Unidos en el.
En México, las protestas han sido con papalotes, marchas, actos de fe, lecturas, cine clubs, y peticiones formales al Estado mexicano para que rompa relaciones con Israel.
Las últimas protestas se han articulado con las que protagonizan estudiantes en los Estados Unidos, quienes han sido fuertemente reprimidos por la policía. De acuerdo con académicos norteamericanos, esta represión refleja el doble discurso de los Estados Unidos:
“Es una mentira que aquí hay libertad de expresión, libertad de cátedra. No, no, no. A nosotros nos han censurado, ellos (sus colegas) tienen familia, tienen niños, quieren un futuro… se la han pasado los últimos 15 años estudiando y por decir genocidio los puede correr”.
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Después de 7 meses, de un ataque implacable de Israel sobre palestina, avalado por los gobiernos de Estados Unidos y Europa, muchos analistas piensan que en Rafah se juega el futuro de la humanidad y el destino del mundo moderno.