Por Kennia Velázquez| Pop Lab |31 jul 2022. La evidencia científica muestra que el etiquetado en alimentos y bebidas ayuda al consumidor a tomar decisiones saludables por ello las empresas buscan bloquear la herramienta.
Los octágonos dispuestos en los empaques de alimentos y bebidas industrializados que alertan sobre el alto contenido de ingredientes dañinos son efectivos, señalan estudios científicos. A pesar de eso – o quizá por eso- la industria busca frenar la segunda etapa de implementación del etiquetado en México.
Recientemente se han dado a conocer algunos estudios sobre el impacto positivo de los sellos frontales. Una investigación realizada por la Facultad de Ciencias de la Salud Pública, Universidad de Waterloo y el Centro de Investigación en Salud y Nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de México reveló que el octágono ‘Alto en’ condujo a mayores probabilidades de percibir las bebidas azucaradas como no saludables en comparación con otro tipo de etiquetados.
Este estudio se realizó con la participación de más de 10 mil personas de entre 10 y 17 años de Australia, Canadá, Chile, México, Reino Unido y Estados Unidos a los que les mostraron productos con etiquetados que se utilizan en distintos países.
Según los investigadores, “las etiquetas de octágono ‘Alto en’ pueden haber sido más fácilmente entendidas por los jóvenes debido al uso de un símbolo simple y reconocible”.
Imágenes utilizadas en el estudio
Durante el proceso, se les presentaron productos con las etiquetas GDA o Guías Diarias de Alimentación que se utilizaron en México desde 2015 y hasta octubre de 2020, sin embargo tuvieron poco impacto entre los participantes, lo “que indica que las etiquetas de GDA eran ineficaces”.
Las GDA fueron criticadas duramente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) porque eran difíciles de entender y no informaban correctamente, recientemente se reveló que este etiquetado fue impulsado por funcionarios de la administración de Enrique Peña Nieto cercanos a Coca Cola.
Los resultados de esta investigación “refuerzan la necesidad de contar con etiquetas de información nutricional al frente del paquete para ayudar a los jóvenes a identificar las bebidas azucaradas como bebidas menos saludables, ya que solo entre el 10 y el 36 por ciento de los participantes en todos los países percibían las bebidas azucaradas como no saludables”, concluyen los investigadores. Y atribuyen este resultado a que utilizaron como muestra una bebida de frutas, “los jóvenes han considerado los jugos de frutas como alternativas más saludables a otras bebidas, pero éstas pueden presentar declaraciones nutricionales potencialmente engañosas”.
La eficacia de esta herramienta también fue medida por el INSP en tres escuelas primarias de Morelos en la que participaron niños y niñas de primero a sexto grado en julio de 2019, es decir, antes de que se aprobara la medida.
A los estudiantes se les presentaron 42 productos ficticios de tamaño regular como bebidas, cereales para el desayuno y bebidas lácteas y productos de tamaño pequeño como dulces y galletas. Todos los empaques se veían iguales, salvo por los que tenían octágonos solos o personajes de dibujos animados.
Niños y niñas de primaria comprendieron el significado de los sellos y reconocieron las opciones más saludables
Los resultados sugieren que aunque los octágonos tradicionales funcionan mejor que los numéricos, “ambos fueron efectivos para ayudar a los niños a identificar el producto más saludable y el menos saludable” y lo hicieron en menos de 20 segundos, incluso aquellos que no sabían leer. Pero también encontraron que “este efecto puede ser menor cuando se muestran personajes de dibujos animados en el frente del paquete de productos alimenticios, especialmente productos no saludables”.
Tanto la OMS como Unicef han evidenciado que ”niños de todo el mundo están enormemente expuestos a la publicidad de las empresas, cuyas técnicas de marketing explotan su vulnerabilidad de desarrollo y cuyos productos pueden dañar su salud y bienestar”. Por ello la NOM planteó la eliminación en los empaques de las figuras que atraen a las infancias de los productos no saludables.
Los investigadores recuerdan que “la implementación del etiquetado en Chile mostró que los niños pequeños tenían actitudes positivas hacia ellos y se convirtieron en promotores de cambio en sus familias”. Por lo que es importante regular las estrategias publicitarias destinadas a las personas menores de edad, hay que recordar que en las niñas, niños y adolescentes mexicanos, los productos ultraprocesados representan alrededor del 35 por ciento del total de calorías consumidas.
De hecho existe evidencia que muestra que los consumidores en México ponderan la calidad de los alimentos, tanto como la expectativa de la pareja y los hijos a la hora de decidir qué alimentos adquirir. Los especialistas sugieren “la percepción y las expectativas de los niños, son un factor importante en la selección de alimentos y deben tenerse en cuenta al diseñar programas y políticas destinadas a cambiar el comportamiento de los consumidores hacia el logro de dietas saludables”.
Otro trabajo ha evidenciado que los octágonos permitieron a adultos con enfermedades no transmisibles clasificar los productos como saludables o no el doble de veces que con el etiquetado GDA. “Esto es útil en el contexto del escenario epidemiológico de México, ya que se encontró que el etiquetado es más comprensible y en consecuencia, podría mejorar las decisiones dietéticas y promover el consumo de dietas más saludables”. Los académicos del INSP explican en el artículo que “el nulo o bajo uso del etiquetado nutricional se ha asociado con una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades no transmisibles en comparación con los participantes que usan y leen el etiquetado nutricional, uno de los posibles factores que pueden contribuir a la alta prevalencia en México”.
A las personas les resulta más fácil interpretar los sellos que las guías diarias de alimentación
La interferencia de la industria
Para evitar que sus productos no contengan los sellos negros de advertencia, muchas empresas han reformulado sus mercancías reduciendo la cantidad de ingredientes críticos. Pero también han emprendido campañas que buscan desacreditar la medida para revertirla.
Y sus esfuerzos no paran. Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor denunció que el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), un organismo emanado del Consejo Coordinador Empresarial, está buscando que no se establezca la segunda etapa – que comprende del 1 de octubre de 2023 al 30 de septiembre de 2025- del etiquetado de advertencia que aplica un criterio de sodio más estricto en los productos.
Perfiles de Nutrientes que entrarán en vigor para la fase 2 del etiquetado
Calvillo sostiene que cuenta con un documento interno de la CNA en el que se muestra como el cambio reciente de funcionarios en la Secretaría de Economía les favorece, así el retiro de la Subsecretaría de Alimentación y Competitividad de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de los grupos de trabajo de las normas de alimentos.
El CNA emitió más de 50 comentarios a la NOM 051, una de las más comentadas, principalmente por empresas y organismos industriales en una estrategia que parecía ser dilatoria.
De acuerdo con el director del Poder del Consumidor, el criterio de sodio que debe entrar en la segunda etapa fue indicado desde un principio, “si no se estableció desde un principio fue porque se le dio una concesión a las empresas para que cumplieran este criterio en una segunda etapa, ahora las corporaciones buscan no cumplirlo, el consumo de sodio está muy relacionado con la presión arterial”.
El Instituto Nacional de Estadística y Geográfica, en el 2021 las principales causas de muerte en México fueron las enfermedades del corazón, COVID19 y diabetes. Antes de que el nuevo coronavirus trastocara los sistemas de salud del mundo, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes eran considerados un problema de urgente atención en el país y una de las estrategias para hacerlo es con la alimentación saludable.
Una investigación reciente reveló cómo la Secretaría de Estado para asuntos Económicos de Suiza atendió las peticiones de Nestlé para intentar frenar la aprobación del etiquetado con el argumento de que estaba basado en un perfil nutricional «demasiado radical y restrictivo». El gobierno suizo llevó las inquietudes de la empresa ante la Organización Mundial del Comercio para que interviniera.
Pero además Nestlé utilizó a sus proveedores como grupo de presión para impedir la implementación del etiquetado pues eso desincentivaría el consumo de sus productos esto además que la medida violaría los tratados de comercio internacionales.
La empresa públicamente ha señalado que un tercio de sus productos fueron reformulados para hacerlos más saludables, sin embargo, en una comunicación interna reconocen que más del 60 por cientos de sus productos son dañinos a la salud. Quizá eso explique los 25 comentarios que hizo la empresa y los tres de la Confederación Suiza a la actual NOM 051.
Y estos no han sido los únicos esfuerzos, Jumex compartió un mismo documento para que todos sus abastecedores de insumos lo firmaran y lo enviaran a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria. Entre los argumentos esgrimidos es que no tenía sustento científico, que informaría engañosamente a los compradores y mostraban su desacuerdo por la desaparición de personajes y dibujos así como de la advertencia sobre edulcorantes.
También la coalición de asociaciones comerciales y grupos empresariales Alliance For Trade Enforcement pidió a la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, que intercediera ante el presidente Andrés Manuel López Obrador pues consideran que el etiquetado mexicano los pone en desventaja.
Un análisis realizado por académicos encuentra que el etiquetado actual “enfrenta una feroz oposición” de las empresas transnacionales de alimentos y bebidas, incluidas Nestlé, Kellogg’s, Grupo Bimbo, Coca-Cola, PepsiCo, entre otras, a través de sus asociaciones gremiales. “México, como líder regional, podría inclinar el impulso a favor de la difusión del etiquetado frontal de advertencia en América Latina” y por ello la industria busca frenarlo alegando violaciones a los lineamientos de la Organización Mundial del Comercio, el Codex Alimentarius y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Los investigadores señalan que “estas amenazas no deben impedir que México u otros países implementen políticas basadas en evidencia, que persiguen objetivos legítimos de salud pública”.
La insistencia de las empresas de alimentos procesados y bebidas azucaradas para buscar vacíos que retrasen o debiliten las medidas para informar al consumidor dejan claro que su interés no está en la salud de las personas, sino en sus descomunales ganancias económicas.