NAM-DGCS-879|Ciudad Universitaria|08:00 hs. 17 de octubre de 2021.• De acuerdo con el INEGI, uno por ciento de quienes fallecen por este tipo de cáncer son jóvenes de 15 a 29 años de edad. • Auscultación y mastografía, indispensables para la detección temprana: Gilberto Nicolás Solorza Luna. • Es más frecuente en mujeres que no han tenido hijos y tampoco han lactado. • Con motivo del Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, el especialista refiere que esta enfermedad es controlable.
En México el cáncer de mama ocupa el primer lugar entre las neoplasias y se ubica en el tercer y cuarto de las causas de muerte, destaca el profesor de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina (FM) y médico clínico en el Instituto Nacional de Cancerología, Gilberto Nicolás Solorza Luna.
La mortalidad es muy alta porque las pacientes acuden tardíamente a consulta médica, sobre todo a las instituciones de salud. “Al médico privado llegan las que tienen el recurso, el cuidado y la educación para hacerse la mastografía anualmente después de los 40 años, que es lo recomendable, pero son minoría”, enfatiza.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México durante 2017, en el caso de la población de 20 años o más, de cada 100 egresos hospitalarios por cáncer 24 fueron de mama, de ahí que se ubicó como la principal causa de egreso por tumores malignos. Por sexo, uno de cada 100 hombres y 37 de cada 100, fue debido a este tipo de padecimiento.
En 2019 la distribución por entidad federativa de nuevos casos en mujeres de 20 años o más muestra que Morelos (151.94 por cada 100 mil mujeres), Colima (139.62) y Aguascalientes (66.64) son las entidades con las tasas más elevadas.
A nivel nacional, la tasa de mortalidad es de 17.19 defunciones por cada 100 mil mujeres de 20 años o más. Los estados de la República mexicana con menores tasas (de 9.29 a 13.64) son: Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca, Yucatán, Campeche, Colima, Guerrero, Morelos, Hidalgo, Tabasco.
En el siguiente estrato (13.65 a 18) se encuentran Tlaxcala, Puebla, México, San Luis Potosí, Veracruz, Michoacán, Guanajuato, Durango y Zacatecas. Le siguen (estrato 18.01 a 22.35) Querétaro, Coahuila, Sinaloa, Sonora, Jalisco, Nuevo León, Aguascalientes, Tamaulipas y Nayarit. Las mayores tasas (22.36 a 26.71) están en Chihuahua, Ciudad de México, Baja California y Baja California Sur.
Entre las mujeres que fallecen por esta causa, uno por ciento son jóvenes de 15 a 29 años de edad, 13 por ciento de 30 a 44 años y más de la tercera parte (38 por ciento), está entre los 45 a 59 años; la mayoría muere después de los 59 años (48 por ciento).
A nivel mundial, cada año se detectan 1.38 millones de casos nuevos de este carcinoma y, en promedio, 480 mil decesos anuales, según datos de la OMS.
De acuerdo con la organización Breastcancer, se trata del crecimiento descontrolado de las células mamarias; se origina en las glándulas productoras de leche (lobulillos) o en los conductos que son las vías que transportan este alimento hacia el pezón.
A propósito del Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, que se conmemora el 19 de octubre, Solorza Luna recuerda que las formas de lograr detección temprana son la autoexploración y la mastografía.
“Pero ésta es cara, por lo que no se cuenta con el recurso ideal para hacer mastografías de forma masiva en México, y tampoco se cuenta con la calidad, que debería mejorarse mucho para tener una mejor apreciación y un diagnóstico más temprano”, señala el médico oncólogo.
Subraya que la intención de estos estudios, así como de la autoexploración frecuente de la mama, es detectar nódulos incluso menores de un centímetro (en estadio uno), que tienen posibilidad de controlarse hasta en 95 por ciento de los casos.
Explicó que los nódulos de hasta dos centímetros en las mamas tienen aproximadamente cinco por ciento de ganglios positivos, es una etapa bastante temprana. “La gente que tiene experiencia en la exploración física va a poder palpar nódulos hasta de un centímetro, que es la mitad de lo que estamos hablando”.
Se presenta a menor edad
Solorza Luna asegura que es más frecuente en mujeres que no han tenido hijos, que tampoco han lactado y que tienen predisposición hereditaria. “La lactancia madura el tejido de la glándula mamaria, y eso da estabilidad a los tejidos para que no tengan cambios hacia una neoplasia, mientras que los tejidos inmaduros están más frecuentemente afectados hacia la neoplasia”.
Alerta que en la actualidad se observa en consulta cada vez más este tumor maligno en mujeres jóvenes que no han tenido hijos, de 20 a 25 años de edad. Desgraciadamente para ellas el pronóstico es peor que en la adulta de 50 o 60 años en adelante, porque el tejido mamario está creciendo más rápidamente, puede modificarse y tener mutaciones.
Para las jóvenes, Solorza Luna recomienda realizarse ultrasonido, el cual puede indicar si se requiere la mastografía, e identificar lesiones en etapas tempranas. “Si el nódulo se encuentra focalizado a la mama, tenemos un 90 a 95 por ciento de posibilidades de controlar el cáncer de mama, pues en esta enfermedad no hablamos de curación sino de control”.
Se debe continuar en seguimiento toda la vida porque no sabemos en qué momento puede resurgir, y mientras más temprano se detecte esa recurrencia, será más fácil controlarlo.
El experto universitario resalta que la invasión a tejidos distantes, llamada metástasis, afecta órganos vitales como pulmón, hígado o cerebro y es lo más riesgoso de la enfermedad. “El tumor primario generalmente es controlable, y lo que ocasiona la muerte de las personas es la metástasis en un órgano vital”.
Este carcinoma generalmente se extirpa de forma completa, no dejamos rastro de él en la glándula mamaria, pero tenemos la radioterapia para un tratamiento de adyuvancia para combatir el tumor, abunda Solorza Luna.
Para el universitario, educación y recursos son la mejor manera de abatirlo en etapas tempranas. “Al Instituto Nacional de Cancerología casi siempre quienes llegan en etapas tardías vienen de provincia y zonas lejanas. En la Ciudad de México ya hay más educación y se asiste más pronto a consulta hospitalaria”.
Revisión sin costo
“Yo enfatizaría mucho en la autoexploración porque no tiene ningún costo, la pueden hacer con mucha facilidad. Debe ser entre el séptimo y el décimo día del primer día de la menstruación, para que la mama no se encuentre sobrecargada y sea más fácil de explorar. No cuando está menstruando porque puede haber inflamación y dolor, hay que esperar a que pase esa etapa”, explicó.
El Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer de Mama se conmemora cada 19 de octubre y fue establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su finalidad es generar conciencia, así como sensibilizar sobre la importancia de la detección precoz, tratamientos oportunos, efectivos y cuidados paliativos. Se pretende informar a la población sobre la importancia del saber detectar esta enfermedad para que se pueda hacer un diagnóstico y un tratamiento lo más pronto posible.
A pesar de que existe un día exclusivo para su conmemoración, durante octubre se busca sensibilizar a la población al brindar información sobre este tumor.
La OMS promueve un programa integral que considera la prevención, detección temprana, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y los cuidados paliativos para mejorar la calidad de vida de la población que experimenta este carcinoma.
Sobre la prevención, este organismo internacional establece un control sobre factores de riesgo y promueve la alimentación saludable, actividad física, control del consumo de alcohol, sobrepeso y la obesidad. Si bien se identifican algunos factores de riesgo, hace énfasis en que “los conocimientos actuales sobre las causas del cáncer de mama son insuficientes, por lo que la detección precoz sigue siendo la piedra angular de la lucha contra esta enfermedad”.
En este sentido, sugiere el conocimiento de la exploración para que la mujer detecte los primeros síntomas y promueve la aplicación sistemática de pruebas de tamizaje, incluso entre la población aparentemente asintomática. En la fase de tratamiento enfatiza que se debe dar uno o varios tratamientos -cirugía, radioterapia y tratamiento sistémico- y la elección debe basarse en pruebas científicas.