El reconocido activista en derechos humanos asegura que el mundo aún está lejos de lograr justicia, libertad e igualdad; los gobernantes deben pensar siempre en el bien común, afirma.
14/02/2021 06:05 PASCAL BELTRÁN DEL RÍO| Excélsior |CIUDAD DE MÉXICO. Para Martin Luther King III es normal que un gobernante busque favorecer a quienes votaron por él; sin embargo, un líder visionario debe gobernar para todos, asegura.
“Quisiera ver más líderes gobernando, pensando en el bien común, no sólo lo que es bueno para mí”, afirmó el activista en derechos humanos en entrevista con Grupo Imagen.
Puso el ejemplo de Estados Unidos, donde la población blanca pronto dejará de ser la mayoría, a favor de las minorías latinas y negras. En estos casos, la división la propicia el miedo, legítimo, a perder algo. Los blancos, explica, tienen la idea de que los negros acaparan la ayuda social, lo cual no es verdad.
El hijo mayor de Martin Luther King Jr. fue invitado por el presidente López Obrador a conmemorar el 190 aniversario luctuoso de Vicente Guerrero, hoy en Cuilápam de Guerrero, Oaxaca.
Lamentó que el sueño de su padre de ver un mundo con mayor libertad, justicia e igualdad está muy lejos de cumplirse. No obstante, destacó que la tragedia de George Floyd ayudó a crear una conciencia nunca antes vista a nivel global sobre el racismo y sus problemas.
Sobre el debate de si México es o no un país racista, dijo que primero debe resolverse si el sistema educativo es inclusivo y qué tanto toma en cuenta a los diferentes grupos étnicos. En este aspecto, los afromexicanos están entre los más pobres, lamentó. Martin Luther King III confía en que Joe Biden y Kamala Harris logren unir y sanar a los estadunidenses a pesar de la gran tarea que tienen por delante.
Un líder visionario debe pensar en el bien común
Para el hijo mayor de Martin Luther King Jr., defensor de los derechos civiles de los afroestadunidenses, el sueño de su padre de libertad, justicia e igualdad está lejos de cumplirse. Lamenta que en los 4 años de gobierno de Trump se vivió tensión racial nunca vista. Confía en que Biden y Harris logren unir y sanar a los estadunidenses.
Martin Luther King III entiende que un gobernante quiera favorecer al segmento que votó por él, pero un líder visionario, afirma, debe gobernar para todos.
En entrevista exclusiva con Grupo Imagen, el activista en derechos humanos y defensor de la no violencia aseguró que un presidente debe crear un ambiente para que toda la población se beneficie y mejore su calidad de vida.
“Quisiera ver más líderes gobernando pensando en lo colectivo, en el bien común, no sólo lo que es bueno para mí”, sostuvo.
Explicó que Estados Unidos pronto será un país de minorías hispanas, latinas, negras, donde los blancos ya no serán el segmento mayoritario. Ante esto, el miedo a perder algo es un sentimiento legítimo, pero es lo que alimenta la división, afirmó.
Él es invitado del presidente Andrés Manuel López Obrador a la conmemoración del 190 aniversario luctuoso de Vicente Guerrero, que se realizará hoy en Cuilápam de Guerrero, Oaxaca.
Para el hijo mayor de Martin Luther King Jr., referente histórico en la lucha por los derechos civiles de los afroestadunidenses, asesinado el 4 de abril de 1968, el sueño de su padre sobre libertad, justicia e igualdad está lejos de cumplirse, pues hay más avances en lo individual que en lo colectivo. Por ejemplo, señala, los ingresos entre blancos y negros en Estados Unidos mantienen una brecha enorme.
“Si le preguntas al hombre blanco promedio quién recibe más ayuda social, va a decir: afroamericanos, pero la realidad es que hay más personas blancas con estos apoyos, porque hay más personas blancas en Estados Unidos, pero ellos parecen no saberlo. Creen que es sólo gente negra, que la gente negra es floja, perezosa”, lamentó.
Agrega que la tragedia de George Floyd, fallecido en mayo pasado cuando era sometido por policías en Minnesota, fue muy importante para unir a la gente, crear una conciencia nunca antes vista y lograr un repudio general al racismo en manifestaciones por todo EU y otras partes del mundo bajo el lema Black Lives Matter.
Cuestionado sobre si las vidas negras mexicanas también importan, indicó que BLM no significa que otras vidas no importan, sino que las vidas negras son tan relevantes como las demás. Reconoce no saber mucho sobre los mexicanos de ascendencia afroamericana, sólo que son 1 o 1.5 millones y que, al igual que otros negros latinos, son casi invisibles en su país.
Sobre el debate de si México es o no un país racista, dijo que debe verse si el sistema educativo es inclusivo o no, ver qué tanto toma en cuenta la contribución de los diferentes grupos étnicos. Por ejemplo, el nivel de exclusión de los afromexicanos, quienes están entre los más pobres. “Hasta que eso no se reconozca, no se podrá resolver el racismo”, manifestó.
En las dos presidencias de Barack Obama (2009-2017), sostuvo, no se avanzó en la agenda antirracista, simplemente porque no era parte de su programa de gobierno. Después, ya con Trump en el poder, se hizo claro que las divisiones sociales y el racismo persistían en Estados Unidos, además de que la tensión llegó a niveles sin precedentes.
Recordó que intentó reunirse con Trump cuando era presidente electo y fue criticado de manera “brutal” por la comunidad afroamericana, pero tomó el ejemplo de su padre: hay que hablar con quien sea que tenga poder.
Martin Luther King III dice tener confianza en que la mancuerna de Joe Biden y Kamala Harris logre unir y sanar a los estadunidenses si logra controlar la pandemia en un primer paso. El demócrata tiene una enorme tarea, advierte, pero también sabe generar confianza. “Incluso los seguidores de Trump van a recapacitar”, adelantó.
Además, el presidente de EU hizo compromisos muy fuertes con los movimientos antirracistas y tiene que cumplirlos, así como respaldar sus acciones con la creación de leyes, no sólo con órdenes ejecutivas.
—Mr King muchas gracias por esta entrevista. A casi 50 años de que su padre dio su famoso discurso, ¿usted cree que el sueño de su padre se ha cumplido?
—Debo decir que, si creemos que el sueño de libertad, justicia e igualdad para toda la humanidad se ha cumplido, debo decir que no. Incluso diría que quizá estamos bastante lejos de cumplirlo. Él trabajó para erradicar la pobreza, racismo y violencia de nuestra sociedad, hemos hecho avances desde los 60, avances en lo individual más que en lo colectivo.
La población afroamericana sigue viviendo en condiciones muy difíciles. El promedio de riqueza de una familia blanca es de cerca de 180 mil dólares, el promedio de riqueza de una familia negra es de menos de 20 mil. Hay una brecha enorme en términos de ingresos, todos estos números se registraron antes de la pandemia, así que ahora podría ser mucho peor ahora.
Eso sería una métrica que es diferente ahora.
Aquí está el otro lado, los individuos, en 1963 no creo que tuviéramos multimillonarios afroamericanos, ahora tenemos más de diez en Estados Unidos y los números siguen aumentando.
Eso es un progreso significativo en relación a la economía y los individuos, pero eso no llega hasta la sociedad más amplia, pero tenemos muchos multimillonarios afroamericanos más de lo que habíamos tenido antes, lo cual está bien, pero de nuevo, eso no se transmite a las masas, donde tienes un gran porcentaje de la población trabajadora pobre.
—Hubo grandes expectativas durante la presidencia de Barack Obama en términos de reducir esa brecha racial, ¿cree que se haya quedado corto en algo?
—Fue monumental que la nación se uniera para elegir a su primer presidente afroamericano en 2008 y comenzó su cargo en 2009. Pero muchas personas no vieron esa elección como la manifestación de un gran progreso. Creo que incluso en sus memorias, A promised land habla de cómo le aconsejaron para que se enfocara en temas raciales, nada de eso fue atendido durante esos ocho años. Quiero decir, se hicieron algunas cosas, sólo había un presidente negro. Pero en realidad no se atendió el racismo en Estados Unidos.
En los cuatro años de Donald Trump en la Casa Blanca vimos tensión racial que nunca habíamos visto, vimos división, llegar a niveles que nunca habíamos visto.
Afortunadamente en noviembre del año pasado los estadunidenses se unieron y eligieron a Joe Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris como la primera mujer negra en ser la vicepresidenta, algo que es enorme.
No significa que no hayamos tenido progreso, significa que Joe Biden tiene una gran tarea y creo que está trabajando con fervor para lograr los compromisos que le hizo al pueblo. Mucho se ha hecho a través de órdenes ejecutivas, pero en algún momento debe haber legislación, creo que la ley es mejor que una orden ejecutiva, porque el próximo presidente podría cambiar esa orden. Justo como Biden cambió mediante órdenes ejecutivas, decisiones de Donald Trump.
—Usted hablaba de la división en la sociedad durante la presidencia de Trump ¿Qué propicia esas divisiones?
—Honestamente creo que es el miedo, que algunos tienen en nuestro país, de que la población está cambiando, que entre negros y latinos, Estados Unidos no será en pocos años un país mayoritariamente blanco. Será un país mayoritariamente de minorías. Hispanos, latinos y negros serán la mayoría. El miedo es que vas a perder algo, es legítimo, pero es miedo en la mente de los hombres, eso es lo que lo propicia.
Si le preguntas al hombre blanco promedio quién recibe ayuda social van a decir: afroamericanos, pero la realidad es que hay más personas blancas con estos apoyos, porque hay más personas blancas en Estados Unidos, pero ellos parecen no saberlo, creen que es sólo gente negra, que la gente negra es floja, perezosa, son connotaciones negativas que han sido alimentadas durante años a través de ciertos elementos en los medios, Fox News es uno de ellos, tienen audiencias enormes y la gente los ha escuchado decir durante 25 que el problema en Estados Unidos son los migrantes y los negros.
Y se manifiesta en este gran escenario y luego tienes un presidente, me refiero a Trump, que lo promovió. Es como si el fuego estuviera ardiendo y él le pone gasolina.
En vez de decir: No, somos mejores que eso. Él estuvo de acuerdo con eso, él les dio voz, y ahora estamos en un punto en que ya se salió de las manos. Y eso se manifestó el 6 de enero, cuando la gente vino a Washington con la intención de, aparentemente, dañar al gobierno.
Lo que vimos el de 6 enero nunca lo habíamos visto en Estados Unidos.
—¿Cree usted que Biden puede unir a los estadunidenses y sanar esa división?
—Ciertamente eso espero, creo que si logra controlar la pandemia, y me parece que para la mitad del verano habrá comprado 300 millones de vacunas para todos, es un buen comienzo. Si logra que el Senado y la Cámara de Representantes logren aprobar leyes de infraestructura que generen empleo para los próximos 15 o 20 años, porque hay muchos problemas de infraestructura. Ser capaz de devolverle a la gente su empleo para que puedan cuidarse a sí mismos y sus familias, si logra atender los problemas que señala Black Lives Matter sobre raza, si puede dar confianza a los líderes, crear políticas. Sí, creo que, a fin de cuentas, sí. La mayoría, incluso los seguidores de Trump, van a recapacitar. No va a ocurrir mañana y quizá tampoco en un año, pero creo que, con tiempo, Biden tiene la capacidad de construir un nivel de confianza en el que los estadunidenses se sientan cómodos y puedan empezar a colaborar entre ellos en vez de pelear.
—¿Qué piensa de los presidentes que tienen un lenguaje divisivo, que parece que gobiernan sólo para quienes votaron por ellos?
—Políticamente los entiendo, pero pragmáticamente y lo que quisiera ver en un líder es que represente a toda la gente, porque quizá fuiste electo por un segmento, pero tienes que ver por los intereses de toda la gente. Para mí eso es liderazgo visionario, desafortunadamente algunos presidentes simplemente no tienen eso. Sólo gobiernan desde una perspectiva política. De nuevo, políticamente lo entiendo, pero quisiera ver más líderes gobernando pensando en lo colectivo, en el bien común, no sólo lo que es bueno para mí.
—Algunos demócratas han dicho que no estaban muy conformes con la cercanía que el presidente López Obrador tuvo con el presidente Donald Trump, especialmente después de que visitó la Casa Blanca, ¿qué opina usted de eso?
—Bueno no puedo decir qué tipo de relación era esa, pero quien sea que esté en el poder en Estados Unidos… Nuestros países tienen una frontera común. Tienes que tener una relación con quien quiera que esté en el poder. La expectativa es que puedas gobernar, no necesariamente asumir las características negativas, del presidente Trump, algunos pensarán que no son negativas, pero creo que cuando hablas con la mayoría de los jefes de Estado, si son honestos, la mayoría te dirán que valoran la relación con Estados Unidos. Hubiéramos hecho las cosas diferentes —si recuerdas, incluso Gran Bretaña, Canadá y otros hicieron bromas sobre Trump—, nunca había escuchado una historia así de jefes de Estado. Eso era por su estilo de comunicación, otros podrán tener puntos de vista sobre sí mismos, pero no lo comunican como si todo se tratara de ellos. Así era Trump. No creo que nunca se tratara de la gente, sólo hacerles creer eso a quienes lo apoyaban. Dejó el cargo, se cuidó a sí mismo. Tienes que cuestionar eso, pero también tienes que cuestionar a la gente ¿porque cómo crees en alguien que nunca realmente ha demostrado que esté interesado en ti?.
—¿Cree que el momento de la visita a la Casa Blanca fue mal elegido, porque Trump utilizó esas imágenes para su campaña?
—No sé lo suficiente de los detalles específicos, pero sí sé que muchos jefes de Estado se reunieron con Trump. Y cada presidente de Estados Unidos lo hace. Cuando hablas de la reestructuración del tratado de comercio… no conozco la dinámica para entender qué tan adecuado fue, pero tienes que tener un acuerdo comercial. De nuevo, estos países comparten fronteras. Tienes que encontrar formas de trabajar juntos y, aunque no estés de acuerdo con todo, se busca un ganar-ganar en el que todos obtengan algo de lo que quieren. No sé si todos obtuvieron eso con ese acuerdo. Y no sé lo que hará el presidente Biden, pero sé que quiere tener una relación favorable con México.
—Cuénteme de su visita, ¿qué tanto conoce de México y los mexicanos afrodescendientes?
—No lo suficiente, pero sé que, y he investigado, estoy honrado… lo que diré es estoy honrado de estar mañana (hoy) en una ceremonia a la altura de lo que el presidente Vicente Guerrero hizo, como mexicano negro o afromexicano. Y el hecho de que terminara con la esclavitud y muchas cosas más. El hecho de que hay un millón, casi millón y medio, de afromexicanos; y a lo largo de Latinoamérica, así como en México, los afrolatinos negros que hablan español, son casi invisibles en todas sus naciones. Eso no está bien.
Espero que parte de esta visita logre y, al menos, como fuimos invitados por el Presidente y su equipo, podamos enfocarnos en mejorar estas relaciones. Y de nuevo, la meta es tratar a todos con justicia, así que espero que sea un comienzo y estoy seguro que mi conversación con el Presidente será en ese sentido.
—¿Considera que su presencia aquí ayude con las dudas que puedan tener algunos demócratas por la relación entre Donald Trump y el presidente Andrés Manuel López Obrador?
—Quizá. Creo que sí. Pero, de nuevo, mi punto de vista es que independientemente de quién sea presidente, tienen que estar en contacto. Intenté reunirme con el presidente Trump cuando fue electo, lo conocí un día antes de que tomara su cargo, por supuesto que fui duramente criticado por la comunidad afroamericana, fue brutal. Pero mi padre, como sabe, y su liderazgo, él se reunió con republicanos y demócratas, con el presidente Eisenhower, Nixon, el presidente Kennedy y el vicepresidente Johnson. Y el vicepresidente Humphrey. Todos ellos ejercieron en su época un liderazgo, por supuesto, Nixon y Eisenhower eran republicanos, los otros eran demócratas, pero su punto era: quien sea que esté en el poder, debes hablar con ellos sobre los problemas que te preocupan. Este es mi punto: EU tiene que estar en contacto, por nuestra conexión fronteriza, con el presidente López Obrador. Y tenemos que estar en contacto con el presidente Justin Trudeau, en Canadá. Y con otros jefes de Estado también, pero éstos son de importancia crítica entre sí, porque tenemos fronteras compartidas, tenemos acuerdos y tratados.
—Hay un debate abierto en México sobre qué tan racista es el país. ¿Qué sugeriría en términos de su experiencia y el papel que usted ocupa en el movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos?
—Creo que, número uno, tenemos que revisar nuestro sistema educativo, si es inclusivo o excluyente, porque el sistema educativo está educando a los niños cuando son muy jóvenes sobre los diferentes grupos étnicos, primero sobre México en general y lo que pasó a lo largo de la historia y su Independencia, pero también los grupos étnicos y que todos han hecho aportaciones. En EU hablamos desde diversidad, sensibilidad y enseñanza de las relaciones humanas. Y eso es algo que debe ser incorporado en las escuelas y en los negocios, tiene que hacerse conciencia. Son el tipo de cosas que son una demanda pública, yo puedo alentarlos, pero es algo que la gente debe desear.
—Si como mexicanos llegáramos a la conclusión de que somos un país racista, ¿qué pasos hay que seguir? Usted hablaba de educación.
—No propongo un camino u otro. Que México sea un país racista o no, no sería apropiado que yo lo dijera. Lo que puedo decir es que quizá haya habido cierto nivel de exclusión, en especial, en relación con los afromexicanos. Por lo que he visto, ellos terminan siendo los más pobres en la nación, o están entre los más pobres, terminan teniendo educación que no es tan buena como la de otras áreas. Es como en EU —no tengo las estadísticas en México—, donde los negros tienen el peor acceso a la salud, en lo que se refiere a disparidad, los negros tienen los niveles más altos. Hasta que lo reconoces no puedes afrontar un problema. Tristemente, durante la administración de Obama no abordamos realmente el racismo. De hecho, la gente pensó que éramos postraciales, pero cuando llegó Trump fue un conjunto terrible de circunstancias que nos hizo darnos cuenta de este problema. Creo que Biden va a llevarlo más allá, porque se comprometió con muchos grupos, como Black Lives Matter, con el movimiento MeToo, con los estudiantes de Parkland sobre control de armas. Sabe que debe cumplir en esas áreas. Con relación al racismo, hasta que no admites que existe, no puedes confrontarlo.
—¿Qué tan importante fue lo ocurrido con George Floyd, para darse cuenta de que la administración Obama no había hecho lo suficiente para disminuir la brecha racial?
—La tragedia de George Floyd fue ampliamente significativa. Número uno, mostró a un policía ser juez, jurado y ejecutor. Todo en uno. No se supone que la democracia funcione así. Lo que hizo fue galvanizar el apoyo, cada estado del país tuvo una manifestación, eso nunca había pasado, muchas de las manifestaciones fueron lideradas por blancos, con pancartas de Black Lives Matter. Por primera vez en la historia, la gente llevaba emblemas de BLM, y eso se extendió a Europa, se extendió a Australia, Sudamérica, Canadá, el continente africano, todo el mundo se contagió en pocos días, casi 90% de las protestas fueron pacíficas. Hubo un 10% que no lo fue. Es muy significativo hablar de las protestas pacíficas, ese incidente creó una conciencia a nivel mundial que nunca habíamos visto. Y no se va ir. La gente quiere que estos asuntos se atiendan, cuando Estados Unidos tiene éxito en estos temas, puede ayudar a otros. Le ayuda a Europa, creo que le ayuda a Australia, porque tienen pendientes con aborígenes o la población indígena; le ayuda a Canadá, porque hay asuntos con pueblos originarios, la población indígena, que algunos la llamarían indios. En todas partes hay problemas de este tipo.
La esperanza es que nosotros como sociedad empecemos a lidiar con ellos.
—Finalmente, ¿planea visitar alguna comunidad afromexicana?
—Me gustaría. Y por la pandemia, esa es la razón, si no hubiera pandemia, visitaríamos tantas comunidades como pudiéramos. Haremos algunas llamadas vía Zoom, incluso después de que nos vayamos, queremos estar con las ONG y es algo que debemos hacer.
—¿Las vidas negras mexicanas deberían importar?
—Totalmente. Las vidas negras deben importar en cualquier parte, eso no significa que otras vidas no importen. Eso es parte del problema. Tratamos de decir BLM como si fuera una declaración, diciendo que otras vidas no. Lo que estamos diciendo es que las vidas negras importan, sin importar si son mexicanas, cubanas, importan también. Y de eso se trata. Porque, desafortunadamente, las policías, en especial de EU, han tenido una actuación dirigida a las comunidades negras. Y a menudo tiene un final fatal y eso no ocurre con las comunidades blancas, en general.
UN DEFENSOR DE LA PAZ
Martin Luther King III es un activista de derechos humanos nacido el 23 de octubre de 1957, hijo mayor de Martin Luther King, Jr. y Coretta Scott King.
Se graduó en 1979 en Ciencias Políticas y se ha dedicado a crear e implementar acciones no violentas contra la injusticia social, política y económica.
En Estados Unidos ha iniciado programas para brindar oportunidades de empleo a estudiantes de secundaria y para concientizar sobre los efectos de la drogadicción.
Destacan sus acciones contra la discriminación racial, la brutalidad policial, la violencia armada y la exclusión digital.
En 2006 fundó Realizing the Dream, Inc., organización sin fines de lucro que ha llevado el mensaje de la no violencia y acciones de desarrollo juvenil a países como Bosnia-Herzegovina, India, Israel, Palestina, Kenia, Sri Lanka y Estados Unidos.
El 19 de septiembre de 2010 recibió uno de los honores más prestigiosos de la India: el Premio Global Memorial Ramakrishna Bajaj por sus contribuciones destacadas a la promoción de los derechos humanos.