07:46 Javier Santos, corresponsal | Foto Javier Santos| La Jornada| San Blas, Nay. Decenas de integrantes del ejido Jolcotemba y de comunidades colindantes mantienen bloqueados los accesos al complejo turístico Limoncitos Grill, propiedad de la empresaria canadiense Angela Birkenbach, debido a que, aseguran, se apoderó de un camino sacacosechas ejidal y un tramo de 1.6 kilómetros de playa virgen, una de las pocas que quedan en la costa nayarita, acaparada por empresarios inmobiliarios, desarrolladores turísticos y políticos.
El conjunto consta de casas y cabañas de lujo para cuya edificación la empresaria deforestó sin permiso de las autoridades amplias zonas, afectando la fauna y flora, denunciaron los afectados. “Lo que está en juego aquí no es sólo el camino sacacosechas, sino que inversionistas extranjeros tengan uso exclusivo de la playa”, advirtieron.
Desde 2019 los ejidatarios han denunciado abusos de Birkenbach, a quien denunciaron ante el Tribunal Agrario (juicio número 234-2018) y pidieron la intervención de las autoridades para evitar violencia.
El 8 de noviembre pasado la empresaria arremetió con su camioneta contra el plantón que mantienen los ejidatarios desde hace cuatro meses y se dirigió al camino de acceso a la playa. Luego de discutir con el activista Leonardo Villanueva, lo golpeó con la cadena de su perro.
Después de ese incidente, la canadiense fue detenida y vinculada a proceso por amenazas y daños, pero quedó libre bajo fianza.
El 23 de noviembre, la extranjera acusó de pandillerismo y amenazas a Villanueva y Jorge Rodríguez, quienes un mes después fueron detenidos violentamente por agentes de la fiscalía estatal. Debido a que durante el altercado con la canadiense portaban machetes (herramienta permitida en la zona rural), ambos fueron vinculados a proceso sin derecho a fianza, acusados de amenaza agravada.
Pobladores de Jolcotemba relataron que en 2003 Alberto, un canadiense, compró un predio, el cual forma parte de un cerro y colinda con la playa, pero al morir, en 2009, heredó las propiedades a su hija Angela Birkenbach, cuya “ambición la llevó a emprender medidas privatizadoras contra el pueblo”, aseveró la activista Mirna Encinas.
Sostuvo que, desde antes de que estallara el conflicto, la extranjera desacató las medidas cautelares del tribunal agrario, que dio órdenes de no obstruir el camino ejidal. Primero hizo instalar canceles y en agosto trabajadores colocaron grandes rocas para cerrar el paso a la playa.
“Don Alberto nos dio trabajo a todos los del rancho, pero ella no quiere a nadie de aquí. Empezó a corrernos de la playa”, narró una mujer.
Acusaron a la canadiense de cobrar entre 500 y 600 pesos por ingresar a la playa a quienes no sean huéspedes de Limoncitos Grill.
Luego de varias confrontaciones, el 21 de agosto los miembros del ejido bloquearon el camino para impedir el paso a huéspedes y a la empresaria.
Angela Birkenbach ha interpuesto numerosas denuncias contra los pobladores por secuestro, daños y robos, entre otros delitos. Unos 50 ejidatarios podrían enfrentar órdenes de aprehensión.
“Todo el rancho está demandado”, afirma una joven y advierte que agentes de la fiscalía estatal vigilan constantemente el plantón.
En junio pasado, la acusada colocó canceles para cerrar el paso a la playa; en respuesta, los lugareños presionaron a la alcaldesa priísta Candy Yescas y al gobernador panista Antonio Echeverría para que las reabrieran.
“Gracias al gobernador por atender esta situación. Seguiremos asegurando el libre acceso a nuestras playas”, escribió entonces la edil en redes sociales. Hoy los ejidatarios aseguran que la presidenta municipal está coludida con la empresaria.
Limoncitos Grill es un sitio privilegiado entre colinas donde se han edificado cabañas de lujo; por las mañanas es cubierto por la neblina que emerge del bosque; cuenta con playas “privadas”, Internet, albercas, luz y agua y privacidad. Frente a sus playas navegan yates y barcos camaroneros.
El 12 de diciembre, Angela Birkenbach calificó, en una entrevista con un medio local, de “incitadores” a los activistas “que sólo buscan el poder político con Morena”, señaló en alusión a Mirna Encinas, el regidor morenista Rodolfo Baldenegro y Leonardo Villanueva.
Declaró que los miembros del ejido Jolcotemba “buscan problemas en las costas de Nayarit, donde no existe ningún problema y en nombre de unos vividores de Morena, con una bandera política, vienen a causar problemas.
“Me han amenazado y despojado, están robando, saqueando mis propiedades. Están corriendo a mis empleados a balazos y con machetes. No los dejan pasar”, expuso la canadiense.
“La playa no está privatizada”, puntualizó Birkenbach. Llamó a inversionistas y a los jubilados “a no venir a Nayarit porque no hay absolutamente ningún respaldo del gobierno del estado ni del municipio de San Blas. No me han ayudado para nada. Tengo denuncias y denuncias”, se quejó.
El ambientalista Indalecio Sánchez consideró que en los alegatos de la canadiense hay “un discurso de desprecio, racismo y xenofobia hacia los pobladores”. Destacó que en la zona existen al menos 12 conflictos similares, entre ellos el de Costa Canuva, el de la playa El Borrego y en Chacala, y otros en el municipio de Bahía de Banderas. “Acá en Jolcotemba la cosa esta muy caliente”, advirtió.
En el plantón, los ejidatarios advirtieron: “Seguiremos defendiendo nuestro patrimonio a pesar de la intimidación, amenazas y el poder económico”.