«En aquel momento ya había declaraciones claras, precisas, de narcotraficantes, a los cuales ya tenía acceso, donde ya afirmaban cómo la Policía Federal trabajaba para el cártel de Sinaloa», recordó la periodista.
Redacción AN / GS / 24 de diciembre 2020 1:51 pm /Foto Archivo de Anabel Hernández. Anabel Hernández recordó que en marzo de 2009, cuando era secretario de Seguridad, Genaro García Luna, supervisó la construcción de una mansión al sur de la Ciudad de México, la cual calculó que costaba 20 millones de pesos y no correspondía a sus ingresos como servidor público.
Este jueves en Aristegui en vivo recordó aquel capítulo que le costó sufrir la “furia” del entonces poderoso secretario del sexenio de Felipe Calderón, ahora encarcelado en Estados Unidos por nexos con el narco, y quien apenas está siendo investigado en México por enriquecimiento ilícito, por lo que esta misma semana le fueron asegurados tres inmuebles, uno de ellos el que reveló la propia Anabel.
“Tuve acceso a fotografías donde incluso el propio Genaro García Luna estaba supervisando directamente esta obra, esta construcción que inició de cero, era un terreno baldío, y él en un plazo muy corto, realmente a una velocidad sorprendente comenzó a edificar esta enorme mansión, que es la que se encuentra en Monte Funiar número 21, ahí en Jardínes de la Montaña, en la delegación Tlalpan, en la Ciudad de México.
“Fui yo en esta investigación, a través de esta investigación personal, compartida con Reporte Índigo, que descubrí la existencia de esta casa, una de las tres casas que hoy el gobierno, la Fiscalía de la República logra incautar”, apuntó.
“Hice toda una investigación en ese momento, 2009, donde sus declaraciones patrimoniales no correspondían ni a la compra del terreno, que fue de más de 4 millones de pesos, ni a la edificación de esta casa que estaba valuada en un valor comercial de 20 millones de pesos de acuerdo incluso al precio de las casas aledañas que estaba haciendo la misma constructora y de menos metros cuadrados de construcción”, señaló la periodista.
“A través de esta comparación de lo que él declara como servidor público de ingresos, lo que declaraba de gastos de manutención de su familia y lo que declaraba de deudas no le alcanzaba, era imposible poder estar construyendo esta casa que no estaba hipotecada y que construyó sin ningún préstamo ni nada por el estilo”, subrayó.
A consecuencia de este reportaje, una televisora del Estado de México mandó un par de reporteros para seguir los pasos de esta investigación. Cuando estaban ahí, “fueron capturados, detenidos por la Policía Federal, y se exhibió que presuntamente trabajaban para el crimen organizado”, recordó.
En aquella época, cuando García Luna “era intocable“, dio “sendas entrevistas donde él se excusaba y decía: esta residencia no tiene este costo, esta residencia está perfectamente justificada, es el crimen organizado el que me está persiguiendo, ponen en riesgo a mi familia.
“Recuerdo incluso que periodistas como Carlos Marín decían que era inmoral publicar este tipo de información, decir dónde viven los funcionarios públicos, cuáles son sus propiedades porque ‘se ponía en riesgo a su familia’. Hoy si no se hubiera hecho esta investigación este resultado, esta incautación y muchas otras cosas no se habrían conocido o no hubieran sucedido en el caso de García Luna”, comentó.
Además, en seguimiento a su investigación, Hernández publicó en 2010 la existencia de 2 restaurantes que estaban a nombre de Linda Cristina Pereyra, cuyo nombre aparecía en la licencia de construcción de la casa en Tlalpan, “y descubrí que era su esposa. Estos restaurantes eran en realidad muy pequeños, no eran grandes negocios… García Luna quería justificar que gracias a esta pequeña cafetería venían todos los ingresos que le permitían comprar estas residencias… por supuesto no era así”.
En mayo de 2010, publicó la investigación sobre otra casa, en Jiutepec, Morelos, que es la tercera propiedad que incauta ayer la FGR, la cual “es enorme”.
La periodista detalló que “las consecuencias de publicar esta última información del 2010 fueron terribles”, pues gente de García Luna detuvo a compañeros reporteros (un fotógrafo y camarógrafo de Reporte Índigo) que seguían las pistas de sus propiedades, “y los presentó a los medios de comunicación como supuestos sicarios que querían asesinarlo“.
“En aquel momento García Luna quería impedir a toda costa que algún periodista metiera las narices en sus asuntos, no quería que se supiera la existencia de estas propiedades, para proteger a su familia no, porque no era posible justificar esos ingresos.
“En aquel momento ya había declaraciones claras, precisas, de narcotraficantes, a los cuales ya tenía acceso, donde ya afirmaban cómo la Policía Federal trabajaba para el cártel de Sinaloa. Es decir en ese momento yo ya había dejado claro que si bien es cierto no se sabía cuál era el origen exacto de los recursos, en paralelo había una serie de informaciones que lo acusaban de estar trabajando para el Cártel de Sinaloa, lo cual finalmente es la acusación que lo lleva a la prisión el año pasado (en EU)”.
Hernández agregó que “el costo personal y de muchas personas inocentes que estuvieron involucradas en esta investigación fue terrible por la persecución de este jefe policiaco… él mismo se presentó ante la Cámara de Diputados y afirmó que estas publicaciones, la publicación de esta casa en Monte Funiar, era el producto de una campaña del crimen organizado en su contra, cuando era él quien en ese momento servía al crimen organizado”
“Recuerdo que en aquella época, cuando hablaba con directivos de medios de comunicación, les decía que su peor enemigo era Anabel Hernández. Increíble que un secretario de Seguridad Pública que se supone que estaba combatiendo contra los narcos no dijera que su peor enemigo era el Chapo Guzmán, no dijera que era Arturo Beltrán Leyva, no dijera que era el Mayo Zambada o los Zetas sino una periodista, porque era este el nivel de incomodidad que le generaban estas investigaciones”, agregó.