Destaca el caso de una jirafa macho, el único reproductor en Chapultepec; la situación abre el debate de si estos centros de exhibición deben desaparecer
Por: KARLA MORA |Foto Cuartoscuro|14/11/2020 08:34. Chacho, la única jirafa macho reproductor del zoológico de Chapultepec, murió el pasado 23 de junio, en plena contingencia sanitaria por Covid-19. La causa, “choque neurogénico por luxación atlantoaxoidea”, en términos llanos, una lesión en la médula espinal. Este ejemplar tenía nueve años, apenas un tercio de la esperanza de vida de las jirafas, que pueden existir hasta 25 años o hasta 35 en cautiverio, como era su caso.
¿Qué ha pasado con los animales del zoológico durante la pandemia? A pesar de que estos centros de exhibición de la vida silvestre se mantienen cerrados al público, sus huéspedes –tigres, leones africanos, pumas, hienas, elefantes, víboras, chimpancés…– siguen ahí, dependiendo de sus cuidadores que, en algunos casos, no pueden atenderlos como lo harían normalmente.
De acuerdo con una solicitud de información realizada por La Razón vía Infomex, desde el 1 de marzo (fecha cercana a la activación de la emergencia sanitaria) hasta el 30 de agosto de 2020, en los tres zoológicos de la CDMX —Chapultepec, Aragón y Los Coyotes—, murieron 184 animales; es decir, en promedio casi 37 por mes o más de uno al día.
Chacho ha sido el caso más emblemático, no sólo por ser el de mayor tamaño, sino por su papel en términos de la conservación de la especie y por su juventud.
Pero no fue el único de la lista de “animales carismáticos” —como define la antropóloga forense María Teresa Menéndez a las especies más famosas y reconocidas por los visitantes de zoológicos—; de acuerdo con la información dada a este medio, un león africano de 14 años murió en el zoológico de Aragón por “choque neoplásico” (que tiene que ver con el desarrollo de un tumor).
MUERTE MASIVA EN UNA ESPECIE 100% MEXICANA
También destaca la muerte de 31 teporingos en los tres zoológicos. Los llamados conejos de los volcanes están en peligro de extinción y sólo viven en las laderas de cuatro volcanes extintos de México central. Su esperanza de vida oscila entre los siete y los nueve años; las edades a las que murieron estos ejemplares son variables, el mayor pereció a los cuatro años y medio y el más pequeño tenía menos de seis meses de nacido.
Menéndez Taboada manifestó su preocupación por el número de muertes en una especie por la que hay una intensa lucha para su conservación. En su opinión, el que hayan perecido en los primeros meses de vida habla de un mal manejo por parte de los cuidadores.
“Podríamos estar frente a casos de negligencia. Digamos, cuando son individuos mayores hay más probabilidades de justificar la muerte; pero aún así, no porque sea un animal considerado senil puede morir de la manera en que están muriendo los animales de los zoológicos, en el abandono”, expuso en entrevista.
En la relación de animales muertos durante los primeros meses de pandemia, presentado por la Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX, también hay primates: un mono aullador de manto, que tenía tres meses (viven entre 15 y 20 años), cuya causa de fallecimiento fue un choque metabólico; un tití cabeza de algodón, de 12 años (pueden vivir hasta 24 años en cautiverio); un mono ardilla de dos años (viven de 15 a 21 años), y un tití manos rojas de siete años (pueden vivir hasta 13 años).
“ES NORMAL QUE LOS ANIMALES MUERAN”
El ciclo de la vida es inevitable. Como nosotros los seres humanos, como cualquier especie, los animales no están exentos de la muerte y, aunque su esperanza de vida puede extenderse en los zoológicos, bajo los cuidados de especialistas, no están exentos de enfermarse y morir, así lo explicó Ernesto Zazueta, presidente de la Asociación Zoológicos Criaderos y Acuarios de México (Azcarm).
En una entrevista para La Razón, el experto explicó que en el zoológico de Aragón, las bajas de animales han sido incluso menores en proporción con 2019, gracias a que se implementaron nuevos protocolos, para evitar que contraigan cualquier tipo de enfermedad, incluido el COVID-19.
“Los animales, así como los seres humanos se mueren”, dijo Zazueta, quien afirmó que las 184 muertes de las que tenemos registro no se debieron a falta de presupuesto o al cuidado del personal sino a causas naturales, ya que, insistió, los zoológicos de la Ciudad de México tienen toda la atención de los especialistas.