El penacho habría pertenecido a un sacerdote y no al Tlatoani Moctezuma.
OCTUBRE 15, 2020 14:16| Yazmín Navarro|Foto Jorge Dastis / EFE |SDPnoticias. La polémica del penacho de Moctezuma que se ha suscitado en los últimos días, luego de que AMLO revelara que pidió a Beatriz Gutiérrez insistir en su recuperación durante el viaje a Austria, obligó al director del Weltmuseum de Viena, donde se resguarda el frágil objeto, a aclarar el que piensa es su verdadero origen.
Además, Christian Schicklgruber también explicó por qué no está en condiciones de ser devuelto, ya que como se muestra en las fotos, es una pieza tan delicada que no soportaría el traslado y todo lo contrario, sería causarle daños, aunado a que «el penacho no era de Moctezuma».
Esto, porque según afirma, los códices revelan que el Tlatoani nunca llevó un penacho como ese, pero sí pudo portarlo un sacerdote. Lo cierto es que se desconoce cómo llegó a Austria. La primera vez que se menciona es en el inventario de la colección del castillo de Ambras en Tirol, 1596, y posteriormente fue trasladado a Viena en el siglo XIX, donde permanece desde entonces.
La leyenda dice que el penacho; una majestuosa pieza compuesta de miles de plumas de Quetzal unidas por centenares de placas de oro, fue obsequiado en 1519 por el propio Moctezuma al conquistador español Hernán Cortés, quien a su vez lo obsequió a Carlos, soberano de España y Austria.
Sobre las declaraciones de AMLO acerca de que Viena se ha apropiado del penacho, Schicklgruber dijo que para él es un «legado compartido» entre México y Austria, y, de hecho, los ciudadanos mexicanos que presenten su pasaporte a la entrada del museo pueden acceder gratis a contemplarlo. Sin embargo, sus plumas de 600 años de antigüedad hacen difícil que salga.
Pero, en caso de que la tecnología avanzara lo suficiente como para permitir el traslado, Christian Shicklgruber se muestra a favor de «prestarlo» a México, aunque sólo si se asegura al 100 por ciento su integridad: «Invertimos cerca de 80 mil euros (un millón 994 mil 852 pesos) en el expositor. Incorpora un sistema mecánico muy sofisticado que lo protege de cualquier tipo de vibración, incluso las que produce la gente al caminar», explica.