En los últimos cuatro meses del año los extranjeros vendieron 359,884 millones de pesos de deuda gubernamental , los altos réditos no los convencieron para dejar su capital en el país.
Claudia Tejeda|Economista|21 de julio de 2020, 00:13. En junio la tenencia de deuda gubernamental mexicana en posesión de extranjeros hiló su cuarto mes a la baja para ubicarse en 1.825 billones de pesos, su menor nivel desde enero de 2014, según datos del Banco de México, y a pesar de las tasas altas que ofrece el país.
Tan solo en cuatro meses han salido alrededor de 359,884.22 millones de pesos de la deuda mexicana, principalmente en bonos, aunque muestra una tendencia decreciente.
En marzo la caída en la tenencia fue de -7.62%, en abril -6.01%, en mayo fue de -1.84% y en junio la baja fue de -2 por ciento, todos en comparación con el mes previo, de acuerdo con datos del banco central.
“A pesar de que México tiene una alta tasa de interés y un diferencial (respecto a Estados Unidos) amplio, este genera entradas de capitales cuando hay optimismo a nivel global, pero cuando hay una alta percepción de riesgo las salidas de capitales como quiera ocurren, no importa tanto el diferencial en tasas de interés”, explicó Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base.
El panorama negativo de la calificación crediticia del país, la volatilidad en el tipo de cambio, los mensajes contradictorios del gobierno en materia de política pública y la fuerte recesión que enfrentará México por el impacto del Covid-19 son para Intercam, casa de bolsa, los principales factores que mantienen alejados a nuevos flujos de capitales extranjeros para inversiones de portafolio en México.
“Consideramos relevante que se hayan mantenido las ventas de deuda mexicana por parte de extranjeros en junio. Las cifras no reflejan optimismo o alguna preferencia especial de extranjeros por sostener deuda mexicana en el entorno actual”, dijeron los especialistas de Intercam en una nota de análisis.
Refirieron que pareciera que, las todavía elevadas tasas de interés que se comparan muy positivamente contra otros papeles de deuda gubernamental en economías emergentes o latinoamericanas no son razón suficiente para aumentar el apetito por la deuda mexicana que sigue siendo atractivo en términos de rendimiento, inclusive de riesgo.