Académicos y alumnos de todas las unidades académicas participaron en el Conversatorio virtual comunidad UAM.
UAM|MARTES, 30 DE JUNIO DE 2020. Con la operación del Proyecto Emergente de Enseñanza Remota, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) afronta ahora los retos de incrementar las habilidades en cómputo para el aprendizaje de sus alumnos y profesores; profundizar la transformación detonada por el PEER; garantizar la equidad en el acceso a Internet; atender necesidades de cada licenciatura y acompañar psicológicamente a la colectividad ante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, subrayaron hoy participantes en el Conversatorio virtual comunidad UAM.
En la actividad convocada por la Comisión de Diagnóstico y Estrategia para la docencia en la contingencia de la Rectoría General, académicos y estudiantes señalaron que con el Proyecto se ha alcanzado el objetivo de dar continuidad a la docencia, pero es preciso atender problemáticas para optimizarlo.
Por ejemplo, no siempre existen las condiciones idóneas para el estudio o la impartición de clases vía remota, por lo que debe extenderse el apoyo que brinda la Institución con la entrega de insumos tecnológicos y los cursos y talleres de capacitación.
La doctora Margarita Viniegra Ramírez, adscrita al Departamento de Química de la Unidad Iztapalapa, dijo que es vital para el PEER la creación de un plan para el corto, el mediano y el largo plazos que disminuya las desigualdades en cuanto a acceso.
El doctor Jesús Zavala Ruiz, miembro del Departamento de Economía de la misma sede, mencionó entre los desafíos brindar más habilidades en cómputo para el aprendizaje y la enseñanza; continuar y profundizar en el Proyecto, y ajustar la legislación universitaria para facilitar el cambio a un sistema mixto –presencial y remoto– en una proporción equilibrada.
También se pronunció por aprovechar la experiencia de los profesores de mayor edad con el trabajo de sus pares para el desarrollo de las clases, pues “no es un inconveniente que no dominen la tecnología, ya que podemos apoyarlos y aprovechar su conocimiento”, lo que implica diseñar un “buen curso institucional que sea estándar e igual para todos”.
El doctor Manuel Lara Caballero, jefe del Departamento de Procesos Sociales de la Unidad Lerma, apuntó que del PEER como práctica emergente puede surgir un mecanismo de innovación, luego de que entre sus aciertos se cuentan los cursos básicos para utilizar entornos y herramientas virtuales –por ejemplo la plataforma Sakai– y la flexibilización del trimestre, sin embargo, un pendiente es que no todas las materias puedan resolverse de este modo, ya que “ha sido muy complicado en el caso de matemáticas y estadística, y falta identificar instrumentos en línea para necesidades específicas”.
El maestro Pablo Adolfo Mayer Villa, investigador del Departamento de Ciencias de la Salud del mismo campus, enfatizó la relevancia de promover el acompañamiento de la salud mental de la comunidad de la UAM en este momento, porque puede haber conversatorios, seguimientos y tutorías, pero muchos jóvenes están desgastados por el estrés y los trastornos afectivos.
Una vida y un contagio son mucho más que cualquier unidad de enseñanza aprendizaje y “debemos pensar en adaptarnos, pues la pandemia sigue y debemos centrarnos en objetivos de enseñanza y no en palomear temas”.
Alma Flores Hernández, matriculada en la Licenciatura en Comunicación Social de la Unidad Xochimilco, expuso que el PEER exige mayor responsabilidad y compromiso en la relación alumno-docente y, “en mi caso, me he adaptado a esta modalidad con sus altas y bajas, pero colapso por no tener los medios ineludibles para producir un buen producto audiovisual”.
También “pienso en aquellos sin la posibilidad de usar cabinas de radio, estudios fotográfico o de televisión”, porque “la práctica es básica para generar experiencia y tener el conocimiento previo para manejae el equipo”.
La conectividad representa un obstáculo para todos y por ello “aprovecho para pedir a la Rectoría que nos brinde el apoyo con las licencias de software y la capacitación para su utilización”, además de la formación para que los profesores se adapten al cambio digital.
Andrea Blancas, alumna de la Licenciatura en Administración de la Unidad Azcapotzalco, expresó que “nunca nos imaginamos que nuestro último trimestre sería de esta manera, sin poder despedirnos, sin una ceremonia o fiesta de graduación; trabajar ante las adversidades con una buena actitud ha sido fundamental en esta modalidad remota, que debe ser parte del día a día de todos, porque el regreso a la presencialidad será complejo”.
Eridani Bautista, estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Unidad Cuajimalpa, refirió que comparte la opinión de muchos de sus compañeros en el sentido de que “estas clases han resultado más complicadas, porque mucho de nuestro trabajo es de campo y además nos ha provocado estrés”.
Una de las complicaciones de los jóvenes beneficiados con la beca en especie es el agotamiento de los datos, por lo que propuso “optimizar el Proyecto para que siga en pie”.
Luis Aguilar González, de la Licenciatura en Ingeniería Química de la Unidad Azcapotzalco, recalcó que prepararse en la modalidad remota ha sido “un gran desafío por tener todo a la mano a la hora de tomar clases, realizar una tarea o presentar algún examen”.
El proceso ha “traído dificultades, dado que los profesores son personas de generaciones antiguas y en cierta manera les ha resultado complicado manejar las herramientas” electrónicas. A pesar de que la Universidad se dio a la tarea de compartir algunos curso, “he notado que algunos catedráticos tienen reticencias”.
La doctora Esther Morales Franco, integrante de la Comisión de Diagnóstico y Estrategia para la Docencia en la Contingencia, expuso que el propósito del Conversatorio entre académicos y alumnos de todos los campus fue compartir las experiencias que han vivido en el tránsito a la modalidad remota, en el contexto del PEER como respuesta emergente ante la crisis sanitaria por el COVID-19.
Al finalizar el encuentro sostuvo que “debemos pasar del aprender qué, a aprender cómo y esto significa un cambio de paradigma fundamental”.
Como parte de la pandemia y del PEER “tenemos que estar cercanos y juntos a la distancia”. La UAM tiene que ver con el diálogo, la conversación y el reconocimiento de los otros, porque “somos una comunidad que trasciende las fronteras de la infraestructura” física.