Mike Pompeo, el secretario de Estado de EEUU, aseguró el domingo que había evidencias de que el virus había salido de un laboratorio de Wuhan y Pekín pide que lo demuestren
MARÍA HERNÁNDEZ|Foto REUTERS|El Mundo|Madrid|Lunes, 4 mayo 2020 – 18:01. Por si las Bolsas no tuvieran suficiente con la presión que supone el coronavirus, EEUU y China han añadido en los últimos días un componente más: la guerra comercial. No se trata de algo desconocido; no en vano, los enfrentamientos entre ambos países por esta cuestión fueron continuos en 2019 y ese choque marcó el clima de los mercados durante todo el año. La novedad ahora es el momento en el que las dos grandes potencias han decidido reavivar la tensión, con la recesión golpeando duro en gran parte de las economías mundiales.
Con ese clima como trasfondo, las bolsas europeas han retomado el pesimismo y han comenzado la semana con caídas superiores al 3%, siguiendo la estela de Wall Street desde el pasado viernes.
Ese día, el presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió de la posibilidad de adoptar represalias contra el gigante asiático por la presunta responsabilidad del Gobierno de Pekín en el origen del Covid-19.
El cruce de mensajes se intensificó durante el fin de semana. Mike Pompeo, el secretario de Estado de EEUU, aseguró el domingo que había evidencias de que el virus había salido de un laboratorio de Wuhan -ciudad donde se detectaron los primeros contagios del virus. «Hay una enorme cantidad de pruebas de que es allí donde comenzó», aseguró Pompeo. «Creo que todo el mundo puede verlo ahora. Recuerden, China tiene un historial de infectar al mundo y administrar laboratorios de baja calidad», añadió. China ha respondido a través de un editorial de Global Times en el que pide que muestre las pruebas de tal acusación.
De esta forma, la Administración estadounidense sigue alentando la teoría de la creación artificial del virus, pese a que diversas fuentes científicas han rechazado esta posibilidad.
Realidad o no, esa posición alienta un escenario de choque comercial que agravaría las consecuencias que ya se están dejando sentir por el impacto de la pandemia en el consumo y en la economía global. Y los inversores no son ajenos a ellas, de ahí las caídas que se han producido este lunes.
En España, el Ibex 35 se ha dejado un 3,4% que le ha llevado a perder los 6.700 puntos (6.687) con todos sus valores en negativo a excepción de Telefónica (+2,85%), que ha reconocido las negociaciones con Liberty para fusionar sus negocios en Reino Unido. Merlin Properties (-8,2%) y el conglomerado aéreo IAG (-8%) han sido los valores más castigados, seguidos de cerca por Repsol (-7,8%).
Las caídas han sido incluso más pronunciadas en el caso del Cac 40 de París (-4,24%), el Dax de Fráncfort (-3,64%) y el Ftse Mib italiano (-3,7%). Sólo el índice londinense Ftse 100 se ha desmarcado con un retroceso del 0,16%.
En el mercado del petróleo, las turbulencias también se han dejado notar a primera hora de la sesión, especialmente en EEUU, aunque la cotización del crudo ha logrado remontar según ha avanzado la sesión. El barril de West Texas Intermediate (WTI), que se toma como referencia en el país, llegó a bajar en torno a un 6%, aunque al cierre de los mercados europeos suma un 0,2% y roza los 20 dólares por barril; el de Brent, de referencia en Europa, también avanza un 0,4% y supera por poco los 26,5 billetes verdes.
En cuanto a la deuda, la prima de riesgo española se sitúa en 132 puntos, con el rendimiento el bono soberano a 10 años en el 0,76%, frente al -0,55% del bund alemán que se toma como referencia.