AMLO busca pacificar con la Iglesia Católica

A través de la Segob y la Conferencia del Episcopado Mexicano, el Gobierno federal impulsará en diócesis programas como Escuelas de Perdón y Reconciliación.

MARTES 17 DE MARZO DE 2020|Alejandro Suárez|Foto: Cortesía Presidencia|El Sol de México. La iglesia católica implementará el plan de paz del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, esto mediante una alianza donde las diócesis del país desarrollarán programas para la atención de víctimas y prevención del delito con financiamiento público.

A través de la Secretaría de Gobernación y la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el Gobierno federal impulsará programas como el de Escuelas de Perdón y Reconciliación, el cual ya se lleva a cabo en diferentes diócesis del país, y donde la iglesia católica atiende a las víctimas de la violencia.

“Se busca establecer una colaboración, desde la Secretaría de Gobernación, en materia de cultura de paz y reconstrucción del tejido social con la Comisión del Episcopado Mexicano”, dice el documento Propuesta de colaboración en construcción de paz con la Conferencia del Episcopado Mexicano, del cual El Sol de México tiene una copia.

El objetivo del Gobierno federal es vincular y fortalecer las acciones ya implementadas por la CEM con actores y programas gubernamentales mediante mesas intersectoriales.

“Implica aportar un recurso económico a través de un convenio de colaboración con la institución u organización que cubra los requisitos”, dice el documento.

Los proyectos que serán aceptados para el financiamiento son aquellos que cubran a población vulnerable, tales como víctimas de la violencia (del crimen o intrafamiliar), migrantes, jóvenes vulnerables a las adicciones, reclusos, entre otros.

El documento explica que la colaboración entre el Gobierno federal y la iglesia católica tendrá, una vez que se concrete, dos años de duración. En una primera etapa se hará un diagnóstico para después el diseño de los programas y su posterior implementación.

Los ejes de esta colaboración son el fomento de cultura de la paz y educación para la paz, acompañamiento a víctimas de la violencia, trabajo con personas de su libertad y personas en proceso de rehabilitación de adicciones, colaboración con redes multi-actor para la reconstrucción del tejido social.

Los proyectos de la iglesia para enfrentar la problemática de la violencia están contenidos en la Estrategia Nacional de Construcción de Paz presentada en 2015 por el Episcopado Mexicano.

“El acompañamiento que propone la Iglesia es un acompañamiento integral, que contempla las diferentes dimensiones y esferas de la persona. Esto se logrará a partir de: formación de equipos ‘levadura’ que darán el acompañamiento directo a las víctimas de la violencia, y fortalecerán el área psicosocial, jurídica y espiritual; interviniendo a través de un protocolo de primeros auxilios psicológicos.

Centros de escucha: espacios seguros donde las víctimas pueden ser asesoradas, consoladas y acompañadas, y fortaleciendo la prevención en el tema de violencia sobre la mujer”.

Otro de los documentos del cual parte el Episcopado para la pacificación del país es la Exhortación Pastoral “Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna”, publicado en 2010, y donde ya se admite de la necesidad de implementar una estrategia nacional contra la violencia usando el mensaje moral de la fe católica para difundir por medio de todos los medios, incluidas las redes sociales, un mensaje que suprima el lenguaje de la violencia, además de promover la reconciliación social.

“(Nos comprometemos a) proponer por todos los medios, la reconciliación social y el perdón como alternativas a la violencia. Los conflictos humanos no se resuelven de forma duradera si no se introduce en ellos la dimensión del perdón. La verdadera paz no se logra cuando unos hombres vencen a otros, sino cuando todos juntos logramos vencer la recíproca incomprensión y la incapacidad para aceptar las diferencias de los demás”, dice la Exhortación Pastoral.

En el eje de Acompañamiento a víctima de la violencia, el Episcopado y el Gobierno federal están desarrollando una ampliación al programa Escuelas de Perdón y Reconciliación, además de la atención directa a las víctimas.

El modelo de las Escuelas de Perdón y Reconciliación tiene su origen en Colombia, país que no sólo ha sufrido violencia por el crimen organizado, sino también por la guerrilla. Desde su creación, ha sido exportado a diversos países del mundo, incluido México.

En el caso mexicano, una de las ciudades que ya tiene su Escuela de Perdón y Reconciliación es Monterrey, ciudad de donde es arzobispo Rogelio Cabrera López, presidente del Episcopado Mexicano, y de donde también es obispo auxiliar Alfonso Miranda, secretario General del Episcopado.

En Michoacán también habrá este tipo de escuelas. El arzobispo de Morelia, Carlos Garfias, anunció en febrero pasado que ya estaba en desarrollo la apertura de estos lugares en las cinco diócesis de la entidad.

“En el proceso interno hacia la posibilidad de perdonar, por la conciencia que yo tengo del daño que recibo puedo tomar la decisión de verme a mí mismo de forma diferente para empezar a ver al otro de forma diferente; de ahí puede surgir la reconciliación”, dijo el arzobispo en febrero.

Otras entidades donde también han desarrollado acciones para la paz son Guerrero, Oaxaca y Durango.

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