El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que los ataques con ácido en contra de mujeres, son un acto de cobardía que debe ser castigado
23/01/2020 17:35 REDACCIÓN Y AGENCIAS|Excélsior|CIUDAD DE MÉXICO. La hermana de saxofonista atacada con ácido narró cómo fue la primera vez que María Elena se vio al espejo, tras la agresión.
Afirmó que le pareció frustrante ver a su hermana maldecir y gritar por el daño que le hicieron.
Ataques con ácido, un acto de cobardía que debe castigarse: López Obrador
El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que los ataques con ácido en contra de mujeres, como el ocurrido a una saxofonista oaxaqueña el año pasado, son un acto de cobardía que debe ser castigado.
Incluso, al preguntarle sobre si se podría crear un registro nacional de víctimas de ataques de este tipo, dijo: «sí, yo creo que las mujeres, quienes trabajan en la protección, en la defensa de los derechos de las mujeres, deben de tener contemplado esto».
En su conferencia de prensa desde Palacio Nacional indicó que tanto la Secretaría de Gobernación como la de Salud atienden este tema, y que el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, informará al respecto en breve.
Esta semana, la saxofonista oaxaqueña María Elena Ríos Ortiz, agredida con ácido el año pasado, fue dada de alta del Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados, en la Ciudad de México, y trasladada a su entidad natal, donde continuará con su recuperación.
En diciembre pasado la Cámara de Diputados aprobó un nuevo tipo penal en referencia a las lesiones en razón de género, que consisten en ataques a una mujer que le puedan provocar alteración o daños infamantes o degradantes en rostro, senos u órganos genitales, por ejemplo, arrojarles ácido.
Con los cambios hechos al Código Penal Federal, se establece que se impondrán de 10 a 15 años de cárcel a quien cause lesiones a una mujer en razón de su género y la pena aumentará de 15 a 20 años si entre el presunto responsable y la víctima hubo relación sentimental, afectiva o de confianza; de parentesco, laboral, docente o cualquiera que implique subordinación o superioridad, y que haya motivado las lesiones.