La renuncia allana el camino para los cambios anunciados por el presidente, que ha propuesto como nuevo jefe del Ejecutivo al responsable del Servicio Federal de Impuestos, Mijail Mishustin.
MARÍA R. SAHUQUILLO|El País|Foto ALEXEI NIKOLSKY AP|Moscú 15 ENE 2020 – 10:21. Vladímir Putin pavimenta el camino para una transición. Y el primer capítulo para lograrlo es tener un nuevo Gobierno. El primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, y su Gabinete han renunciado este miércoles y horas después el Kremlin ha propuesto como nuevo jefe del Ejecutivo al jefe del Servicio Federal de Impuestos, Mijail Mishustin. La dimisión se ha producido solo unas horas después de que el presidente ruso haya propuesto en su ceremonial discurso anual sobre el estado de la nación cambios “sustanciales” en la Constitución que debilitarían los poderes de un eventual sucesor. Las modificaciones, que deberán ser avaladas mediante un referéndum, establecen nuevos requisitos, y más duros, para liderar el país, fortalecen el papel del Parlamento y de un renovado Consejo de Estado. El anuncio de Putin y esta crisis de Gobierno alimentan la especulación de que busca otro puesto para mantenerse en el poder tras 2024, cuando acaba legalmente su mandato.
Medvédev, que ha ocupado fielmente el cargo de primer ministro en varios mandatos desde 2012, declaró que la renuncia busca dar a Putin espacio para llevar a cabo los cambios constitucionales propuestos. «Estas enmiendas, cuando se adopten, supondrán cambios significativos no solo en varios artículos de la Constitución, sino también en el equilibrio de poder», ha dicho.
Medvedev, aliado de Putin, anunció su dimisión en una intervención retransmitida por la televisión estatal sentado junto al presidente, que le agradeció su trabajo. Tras gobernar como presidente durante dos primeros mandatos (2000-2008), Putin situó a Medvedev en su puesto entre 2008 y 2012 para esquivar la prohibición de ser jefe de estado durante más de dos periodos. Durante esos cuatro años, el actual presidente ejerció como primer ministro y luego volvió a intercambiarse los cargos con Medvedev.
El hasta ahora primer ministro asumirá un cargo de nueva creación: vicejefe del Consejo de Seguridad que lidera el presidente ruso. El Gobierno seguirá en funciones y Putin tiene ahora dos semanas para proponer un nuevo primer ministro. En las quinielas, según los analistas, suenan Sergei Sobyanin, el alcalde de Moscú, Maxim Oreshkin, el ministro de Economía, o Alexander Novak, el ministro de Energía. El nuevo nombramiento podría señalar a su eventual sucesor.
“Estos son cambios muy serios en el sistema político”, ha recalcado Putin a medio día ante un atril frente a los 620 senadores y diputados y a numerosos invitados de la élite del país. El líder ruso ha sugerido enmendar la Constitución para dotar de más autoridad a la Duma estatal y al Consejo de la Federación (las dos Cámaras legislativas rusas), que será quien nombre al primer ministro y a los ministros del Gobierno; hasta ahora solo daba el visto bueno a lo designado por el presidente. «Aumentará el papel del Parlamento y los partidos parlamentarios, los poderes y la independencia del primer ministro», ha dicho casi al final de su intervención de 80 minutos, que estuvo dedicada sobre todo a cuestiones sociales. Un comentario que encendió la posibilidad de que Putin se convierta de nuevo en primer ministro.
En lo que varios analistas consideran que sienta las bases y prepara la transición del país, Putin no solo habló de rebajar los amplios poderes que ahora tiene la presidencia sino también de limitar a dos, en total, los mandatos. Ahora, la Constitución rusa permite que sean dos “consecutivos”, una cláusula que se eliminaría y que es la que le ha permitido ser presidente durante cuatro periodos, alternándolos con un mandato de primer ministro en medio.
Putin habló además de endurecer las condiciones para presentarse a la presidencia y a encabezar las regiones rusas: quedarán vetados quienes no hayan vivido en Rusia durante los últimos 25 años, hayan tenido nacionalidad extranjera, y tampoco podrán presentarse quienes dispongan o hayan dispuesto de permiso de residencia en otro país.
Con las distintas modificaciones, Putin, de 67 años y que lleva en el poder desde hace dos décadas, se aseguraría que nadie ostente el poder durante tanto tiempo como él. Es la persona que más tiempo ha estado al cargo desde Josef Stalin (en la URSS). Su sucesión y qué papel desempeñará el hombre que maneja todo el poder es una cuestión vital para Rusia.
Rusia ha entrado en su período de transición de poder antes de lo previsto”, opina la politóloga Tatyana Stanovaya, fundadora del grupo de análisis R. Politik. “Putin se está preparando para dejar la presidencia –ya sea en 2024 o incluso antes–, y está tratando de crear un mecanismo de seguridad para su sucesor en caso de conflicto. Al mismo tiempo se está deshaciendo de Medvedev, que se ha vuelto tóxico para la élite y la población en general. Esto debería hacer que el periodo de transición sea más suave”, dice. El hasta ahora primer ministro tiene un índice de popularidad de un 37,9%, según la encuestadora estatal Vtsiom (datos de diciembre). El de Putin, aunque ha sufrido altibajos grandes, es de 70,3%.
En un movimiento en el que varios analistas ven como otra posible salida para el futuro del líder ruso, Putin ha hablado de fijar en la Constitución el papel y los poderes del Consejo de Estado, un órgano consultivo encabezado por el presidente, y en el que están representadas todas las regiones de Rusia, que ahora tiene un rol meramente ceremonial. Si se logra un consejo fortalecido y con poderes significativos, aventuran, podría ser el puesto elegido para Putin. Un escenario que cobra más sentido con una presidencia sin tanto poder como la actual. Un modelo como el empleado por Den Xiaoping —líder supremo— en China, o incluso como el elegido en Kazajistán por Nursultán Nazarbáyev, que pese a apearse de la presidencia sigue al frente en cuestiones clave.
Derecho internacional
El presidente ruso, que está luchando por elevar sus indices de aprobación en un país con la economía estancada y la ciudadanía exhausta por el empeoramiento en el nivel de vida, propuso otro cambio significativo: que las normas de la Constitución prevalecerán frente a las normas y exigencias de los acuerdos internacionales. «Rusia puede ser y seguir siendo Rusia solo como un Estado soberano. La soberanía de nuestro pueblo debe ser incondicional», ha recalcado. «Las exigencias del derecho y los acuerdos internacionales así como las decisiones de los organismos internacionales pueden funcionar en el territorio ruso solo en la parte en la que no limiten derechos y libertades de la persona y el ciudadano y no contradicen a nuestra Constitución», ha añadido. Los cambios deberán ser aprobados mediante un referéndum, el primero de ese tipo desde 1993.
Los cambios en la Carta Magna anunciados por el presidente ruso han derivado en una situación muy poco frecuente y una de las mayores sacudidas políticas en años. Es la primera vez en la segunda década de Putin en el poder que renuncia el Gobierno en bloque, aunque había habido episodios durante sus dos primeros mandatos. Tras el anuncio de dimisión, el rublo y el índice agregado de la Bolsa de Moscú se desplomaron, aunque poco después se han recuperado.