-Pedro Sánchez logra la investidura y formará el primer Gobierno de coalición de la democracia. -El líder socialista obtiene la mayoría simple en la segunda votación.
JAVIER CASQUEIRO|FERNANDO J. PÉREZ|Foto PIERRE-PHILIPPE MARCOU AFP|El País|Madrid 7 ENE 2020 – 07:53. Pedro Sánchez Pérez-Castejón, secretario general del PSOE, ha logrado este martes en una ajustada votación la investidura como presidente del Gobierno tras obtener mayoría simple en la segunda votación en el Congreso de los Diputados, y tiene ya luz verde para formar con Unidas Podemos el primer Ejecutivo de coalición del actual periodo democrático. Con su nombramiento, España cierra una etapa de diez meses con un Ejecutivo en funciones, con dos elecciones generales, y en la que la política se ha polarizado y las instituciones se han visto sometidas a la mayor tensión en décadas, con el desafío independentista catalán y la irrupción de la extrema derecha de Vox.
En la votación de este martes se ha calcado prácticamente el resultado de la primera votación del pasado domingo, en la que Sánchez, de 47 años, no consiguió la mayoría absoluta que exige el artículo 99 de la Constitución. El líder socialista ha obtenido la investidura más apretada de la democracia con el respaldo de 167 parlamentarios —PSOE (120), Unidas Podemos (35), PNV (6), Más País-Compromís (3), Nueva Canarias (1), BNG (1) y Teruel Existe (1)—. Un total de 165 diputados han emitido un voto negativo —PP (88), Vox (52), Ciudadanos (10), Junts per Catalunya (8), CUP (2), UPN (2), CC (1), Foro Asturias (1) y PRC (1). A la sesión han acudido los 350 diputados, después de que el domingo se registrara la ausencia de Aina Vidal. Esta parlamentaria de En Comú-Podem por Barcelona, aquejada de un cáncer, ha recibido, emocionada, el aplauso general del hemiciclo.
La investidura de Sánchez y el Gobierno de coalición de izquierda ha sido posible gracias a la abstención decisiva de Esquerra Republicana de Catalunya (13) y EH Bildu (5). Los independentistas catalanes han hecho valer sus escaños para arrancar al nuevo Gobierno una mesa de negociación bilateral con la Generalitat cuyos detalles no han sido explicados aunque el PSOE insiste en que estarán dentro del marco constitucional. “No se va a romper España” fue la primera frase del discurso con el que Sánchez presentó su programa de gobierno para la investidura, el pasado sábado.
Hoy, en lugar de Gabriel Rufián, la portavoz de ERC ha sido Montserrat Bassa, hermana de Dolors Bassa, exconsejera catalana condenada a 12 años de cárcel por sedición y malversación, que, movida por el dolor familiar, pero desde el estrado más solemne de la política española, ha calificado a los diputados socialistas de “verdugos” y “cómplices” de la violencia policial contra los ciudadanos catalanes que acudieron a votar en el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. “Personalmente me importa un comino de la gobernabilidad de España”, ha manifestado Bassa, que, no obstante, ha defendido la abstención de su grupo a la investidura como una oportunidad para el “diálogo”. La portavoz socialista, Adriana Lastra, no ha hecho mención alguna a esas palabras en su intervención.
El líder socialista consigue, por fin, acceder a la Presidencia del Gobierno mediante investidura parlamentaria, después de llegar a La Moncloa en junio de 2018 como consecuencia de la moción de censura que destituyó al popular Mariano Rajoy. En febrero de 2019, ERC, inmersa en su lucha con JxCat para liderar el independentismo catalán, tumbó los Presupuestos y Sánchez convocó elecciones generales el 28 de abril. Los comicios tuvieron que repetirse el 10 de noviembre tras la incapacidad de PSOE y Podemos de formar una coalición similar a la que hoy verá la luz.
En el camino, Ciudadanos, que pudo haber formado Gobierno con el PSOE en abril con sus 57 diputados, ha quedado laminado hasta los 10 escaños. Y Vox, contenido en primavera con 24 actas, se ha disparado hasta los 52 asientos. El partido de Santiago Abascal ha impuesto su agenda reaccionaria y ha arrastrado al PP a su versión más extrema, lo que presagia una oposición sin concesiones y una legislatura más allá de la crispación. En las últimas jornadas, la derecha ha tratado de convencer a diputados socialistas y a otras formaciones como Teruel Existe para que impidan con su voto el nacimiento del nuevo Gobierno progresista con el apoyo del independentismo. Y la ultraderecha se ha movilizado contra el acuerdo de los “167 traidores” a España y algunos de sus líderes, como el eurodiputado Hermann Tertsch, han animado, apenas veladamente, a las Fuerzas Armadas a dar un golpe de Estado contra el Gobierno «ilegítimo».
La retórica inflamada de este fin de semana —y de hoy mismo— tanto en el Congreso como en las redes sociales y los medios de la derecha, no ha logrado, sin embargo, su objetivo de frustrar el nuevo Gobierno en el que se sentarán, por primera vez desde que se aprobó la Constitución de 1978, ministros de un partido a la izquierda del PSOE. Pablo Iglesias será vicepresidente en materia social y en el nuevo gabinete de Sánchez tendrán también cartera Irene Montero (Igualdad), Yolanda Díaz (Trabajo), Alberto Garzón (Consumo) y Manuel Castells (Universidades). Se espera que los ministros del PSOE se vayan conociendo a lo largo de las próximas horas.
Despejar el clima tóxico
En la sesión de este martes, Pedro Sánchez se ha mostrado esperanzado en “despejar este clima tóxico” y la “atmósfera de irritación” que atraviesa España, y usó para ello una cita del presidente de la Segunda República Manuel Azaña, ya utilizada por Mariano Rajoy en 2017 y José Luis Rodríguez Zapatero en 2007: “Todos somos hijos del mismo sol y tributarios del mismo río”. El PP y Vox se han encargado de dejar claro que no será así. Pablo Casado se ha arrogado la defensa del Rey y de las víctimas del terrorismo, “ultrajadas”, ha dicho tras la intervención, el domingo, de la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua.
“Usted forzó un pacto con la ultraizquierda, independentistas y batasunos y hoy nos los trae de socios sin dar una explicación a los españoles. Mintió y ese es el estigma con el que nace este Gobierno”, ha dicho Casado. El líder popular arrebató a Vox dos de sus banderas y Abascal centró su discurso en señalar indiscriminadamente a los inmigrantes, citando una serie de ataques sexuales y de violencia de género protagonizados por extranjeros.
El líder de Podemos y futuro vicepresidente, Pablo Iglesias, ha asumido la tarea de responder a los ataques de los partidos de la derecha: “Si quieren ustedes defender a la Monarquía, eviten que la Monarquía se identifique con ustedes. Si algo sabía el rey Juan Carlos I, que venía de donde venía, es que solo alejándose de la derecha la institución podría pervivir. Quizá se hayan convertido ustedes en la mayor amenaza para la Monarquía”, les ha espetado a PP y Vox. También ha leído un mensaje de Rosa Lluch, hija del exministro socialista Ernest Lluch, asesinado por ETA: “No hablen ustedes en nombre de las víctimas del terrorismo. Basta ya de usar nuestro dolor en su beneficio”.