El líder del PP anticipa una oposición beligerante y se erige en «dique de contención» de «un Gobierno contra el Estado»
JUANMA LAMET|MARISOL HERNÁNDEZ|El Mundo|Madrid |Sábado, 4 enero 2020 – 15:27. «Señor Sánchez, ¿duerme bien?». Así ha comenzado Pablo Casado su discurso en la sesión de investidura de Pedro Sánchez, en referencia a la famosa premonición del líder socialista, que en septiembre del año pasado aseguró que «no dormiría por las noches» si hubiese ministros de Podemos. «¿Ha dormido bien esta noche, tras el espectáculo bochornoso de sus socios anoche?», ha incidido.
A partir de ahí, Casado ha lanzado sobre Sánchez una avalancha de cargas de profundidad sobre los pactos que ha suscrito con ERC y el PNV. A su juicio, esos acuerdos han volado los últimos puentes de sensatez del PSOE: «Hoy España se queda sin socialismo constitucionalista, y usted es el responsable». Y el más que probable presidente le ha contestado después reclamando de nuevo su abstención técnica para evitar que dependa de los independentistas catalanes, a pesar del acuerdo alcanzado con ellos.
En un discurso leído, con pasajes rayanos en la dureza de pedernal y que anticipa una oposición muy beligerante, Casado ha definido el proyecto de Sánchez como «un Gobierno contra el Estado», basado en un «bestiario de pactos» que «será su epitafio político». A su juicio, el futuro Ejecutivo será «el más radical de nuestra historia democrática, con comunistas, asesores de bananeros y blanqueadores de batasunos».
«El problema no es Podemos, ni ERC ni Bildu, el problema es usted, que les ha dado carta de naturaleza haciéndoles socios de la gobernabilidad del país». Por eso el PP «está dispuesto a sacrificarse por España, pero no a sacrificar a España apoyando a un irresponsable». Porque cree que Sánchez ha traído al Congreso «un acuerdo buscado y deseado, no el que no le ha quedado más remedio».
«¿Y por qué hace esto? ¿Por qué lleva al abismo a todos?», le ha inquirido el líder popular al secretario general del PSOE. «Se ha convertido en el líder de la coalición que quiere acabar con la España constitucional tal como la conocemos», le ha afeado. Todos los pactos de esta investidura, ha dicho, van en la senda de un «cambio de modelo», enterrando el orden constitucional que nació en la Transición.
Esa tesitura coloca al PP como «dique de contención» de cualquier intento de cambiar la Carta Magna y el modelo de Estado «por la puerta de atrás», según Casado, que ha acusado a Sánchez de «resucitar el procés» e indultar «de facto» a sus líderes. «Usted negocia con los que atentan contra la democracia. Y los españoles, que hemos conquistado nuestra libertad a pesar de ustedes, seguiremos conquistándola contra ustedes». «Cataluña seguirá siendo España, tierra de libertad», ha añadido.
El líder de la oposición ha afeado al candidato que haya hablado de un «conflicto político» y de «dejar atrás la deriva judicial» es una frase que pasará a los anales de la historia «negra» de España. «¡¿Qué narices de conflicto político es ése?! ¡¿Qué eclipse moral trae usted a esta cámara?!», ha criticado.
Como Quim Torra «se ha declarado en flagrante desobediencia» y «desacato» tras haber sido inhabilitado finalmente por la Junta Electoral Central, Casado cree que el PSOE debe forzarle a dejar su acta de diputado en el Parlament de Cataluña y destituirlo como presidente de la Generalitat. Por eso le ha pedido que active de inmediato el artículo 155, si no se va. «Contará con el apoyo de senadores PP. Y si no lo hace, podría estar prevaricando. Y le aseguro que actuaremos con usted con la misma firmeza que contra Torra», le ha advertido.
Casado ha atacado con mucha contundencia el programa «retrógrado» de Sánchez. «Su discurso de hoy daba miedo. Hemos escuchado un anticlericalismo guerracivilista que no se escuchaba en esta Cámara en mucho tiempo», ha dicho, antes de augurar la quiebra de la Seguridad Social y la congelación de pensiones, así como un ataque gubernamental contra el Estado de Derecho, y en su núcleo: la soberanía.
La conclusión del líder del PP ha sido que su partido será un muro de contención para frenar la liquidación del Estado. «Se ha colocado usted, definitivamente, en el lado equivocado de la Historia» y «haremos todo lo que esté en nuestra mano para frenarle».
RÉPLICA DE SÁNCHEZ
En su regreso a la tribuna de oradores, Pedro Sánchez ha tratado de desmontar las acusaciones del Casado con un argumento fundamental: si tan «terrorífico» es todo, por qué no se abstiene el PP para evitarlo. Trece abstenciones que puede incluso «compartir» con Ciudadanos.»Hablé con (Inés) Arrimadas», le ha dicho. No lo hace, según el dirigente socialista, porque están instalados en el «cuanto peor, mejor». Porque, ha explicado, ni se abstienen ahora con la excusa del Gobierno de coalición con Podemos ni lo hicieron en julio cuando el PSOE pedía gobernar en solitario.
Y pese a que el propio Sánchez, defenestrado en su momento de la cúpula socialista por no acceder a la abstención del PSOE, abandonó su escaño para no participar en esa votación, hoy a vuelto a reivindicar este hecho y a reclamar al PP la misma actuación.
El candidato socialista ha usado en su réplica uno de los razonamientos que Mariano Rajoy esgrimía en sus discursos contra él: que no será tan malo cuando los españoles le votan. Y que si no apoyan a Casado será porque no tiene un proyecto para España tan «formidable».
Sánchez se ha vuelto a escudar en que «la composición del Parlamento no la hemos elegido nosotros» para justificar que haya llegado a un acuerdo de investidura con ERC. Y, a diferencia de lo que ha hecho en su propio discurso, ha aludido tanto a la creación de la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Estado como a la consulta posterior para sostener que son mecanismos recogidos en otros Estatutos de Autonomía, no sólo en el de Cataluña.
«Dicen que les duele España pero lo que realmente les duele es no gobernar España», ha asegurado sobre el PP. Su visión de la Constitución es de un solo artículo: es constitucional lo que hace el PP e inconstitucional el resto, ha añadido.
El debate entre el futuro presidente, si el martes resulta elegido, y el líder de la oposición, ha puesto de manifiesto hoy una sideral distancia entre ellos. El desarrollo de la legislatura confirmará si estamos ante algo insalvable. Pero lo visto hoy no es nada alentador. Los dos políticos se han enzarzado tras las referencias de Casado a ETA, al hecho de que EH Bildu, con quien los socialistas se han reunido por primera vez en el proceso de negociación para la investidura, vaya a abstenerse en la investidura.Sánchez ha lamentado que el líder del PP «hable sin parar de ETA» y ha reivindicado que Zapatero y Rubalcaba «acabaron con el terrorismo».
En la réplica, Casado ha afeado a Sánchez su «fatal arrogancia para no decir absolutamente nada», porque «venir a esta Cámara a recordar el legado de Zapatero, más que audacia es temeridad». Después, ha encendido el debate al decir que «no es verdad que se permitan consultas sólo en una parte del Estado sobre lo que compete a todo el Estado». «¡No es verdad!, ¡¿pero qué desfachatez es ésta?!», ha enfatizado.»¡¿Pero usted quién se cree que es?!», ha proseguido Casado, que ha plagado su réplica de críticas aceradas. «Si yo fuera socialista, estaría avergonzado. Ojalá tuviera usted la mitad de patriotismo que Albert Rivera», ha añadido, ante el aplauso de Inés Arrimadas.
El punto más tenso ha llegado a cuenta de la corrupción. «Lecciones de corrupción a mí ninguna, ni a este partido», ha proclamado Casado. Sánchez le ha contestado irónicamente. «Estamos de acuerdo, lecciones de corrupción del PP, ninguna», ha deslizado, dando a entender que conoce muy bien todas las prácticas corruptas. La bancada del PP ha gritado entonces «¡ERE, ERE, ERE!», mientras Casado le decía «yo, cero» a Sánchez.