* “Alí Chumacero mago y maestro de los poetas modernos de México”: Octavio Paz.
Por: Raúl Maldonado Zurita*|PASANDO LISTA DE PRESENTE en el aula de la vida para decirte que Alí Chumacero, un 22 de octubre de 2010, partió a la galaxia de los inmortales, y de su muerte decía: «Quiero que a la hora de la hora, cuando me vaya con la música a otra parte, me recuerden como a un hombre venido de un pueblecito pequeño que se llama Acaponeta, de un estado pequeño que se llama Nayarit, buscando afanosamente un sitio propio».
El señor de las nueve décadas y dos años más, (“ejemplar guardián de las letras” lo llamó Lujambio), declaraba: «siempre he visto la vida de frente, he sabido vivir, estar presto, no juzgar a la gente por lo que hace, y no odiar a nadie, ni siquiera por lo que piense, si es que sabe pensar. No tengo enemigos y soy amigo hasta de mis hijos».
Ganador de los premios Xavier Villaurrutia (1980), Rafael Heliodoro Valle (1985), Alfonso Reyes (1986), Nacional de Ciencias y Artes (1987), Amado Nervo (1993) y Nayarit (1993).
Reitero que el mejor homenaje a un poeta es leer sus perlas literarias, he aquí AMOROSA RAÍZ:
ANTES QUE EL VIENTO FUERA MAR VOLCADO,
QUE LA NOCHE SE UNCIERA SU VESTIDO DE LUTO,
Y QUE ESTRELLAS Y LUNA FINCARÁN SOBRE EL CIELO
LA ALBURA DE SUS CUERPOS.
ANTES QUE LUZ, QUE SOMBRA Y QUE MONTAÑA,
MIRARAN LEVANTARSE LAS ALMAS DE SUS CÚSPIDES.
PRIMERO QUE ALGO FUERA FLOTANDO BAJO EL AIRE.
TIEMPO ANTES QUE EL PRINCIPIO,
CUANDO AÚN NO NACÍA LA ESPERANZA
NI VAGABAN LOS ÁNGELES EN SU FIRME BLANCURA.
CUANDO EL AGUA NO ESTABA NI EN LA CIENCIA DE DIOS;
ANTES, ANTES, MUY ANTES
CUANDO AÚN NO HABÍAN FLORES EN LAS SENDAS
PORQUE LAS SENDAS NO ERAN NI LAS FLORES ESTABAN
CUANDO AZUL NO ERA EL CIELO NI ROJAS LAS HORMIGAS
YA ÉRAMOS TÚ Y YO.
En la fiesta de la vida son las muchachas que descubren al poeta juvenil, -así somos todos-, quién no ha dedicado un poema a su bienamada, cuando siente ese cosquilleo por las muchachas, todos en la juventud somos poetas, y no dejamos de serlo en el transcurrir de las horas, aunque jamás hayamos escrito una línea, un suspiro es el umbral del quehacer poético, y las lágrimas son su conclusión, la risa es su máxima expresión.
Alí Chumacero siempre se sintió cautivado por las mujeres, -y ya está dicho ellas nos acercan al balbuceo literario, luego al beso poético-, al cumplir noventa años dijo en su homenaje: “Voy a vivir hasta los 500 años y moriré apuñalado por un marido celoso”.
*PREMIO ESTATAL DE LA JUVENTUD BICENTENARIO 2010, MAESTRIA EN LITIGACIÓN EN JUICIOS ORALES.
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