AP|La Jornada|San Diego, 19 de septiembre .— El presidente Donald Trump visitó el miércoles una nueva sección del muro entre Estados Unidos y México, que describió como “un sistema de seguridad de clase mundial” que será prácticamente impenetrable.
Trump recorrió un tramo del muro fronterizo en el área de Otay Mesa en San Diego. Es la primera visita del mandatario al lugar desde marzo de 2018, cuando acudió a ver prototipos de muro que las autoridades destruyeron posteriormente para hacerle espacio a 22 kilómetros (14 millas) de acero y bolardos rellenos de concreto actualmente en construcción.
Antes de que comenzaran los trabajos, la frontera en Otay Mesa estaba protegida por una capa inicial de láminas de metal que podían ser perforadas rápidamente con un soplete, y una segunda capa más resistente que podía ser penetrada con sierras eléctricas.
“Era como una lámina de metal y las personas simplemente podían derribarla de manera rutinaria”, comentó Trump, refiriéndose a la primera capa que fue reemplazada. Realizó el recorrido junto a altos funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), de Seguridad Nacional y del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, así como trabajadores de la construcción.
Mark Morgan, comisionado interino de la CBP, defendió el proyecto y arremetió contra aquellos que lo describen como “el muro de vanidad del presidente”.
“Estoy aquí para decirles que eso es falso”, declaró, señalándoles a los reporteros que Trump consultó con expertos fronterizos para saber qué se necesitaba. “Usted escuchó a los agentes”, le comentó al presidente.
Trump resaltó las características del muro que, aseguró, han sido estudiadas por otras tres naciones. Comentó que absorbe el calor, y señaló que “se puede freír un huevo en ese muro”. El concreto llega a gran profundidad para evitar la construcción de túneles. Y los agentes pueden ver a través de él para identificar posibles amenazas en el lado mexicano de la frontera.
“Una vez que se construya el muro, será prácticamente imposible ingresar ilegalmente, y entonces podremos tomar control de la frontera y colocarlos (a los inmigrantes) en puertos de entrada”, dijo el mandatario.
También elogió al gobierno mexicano, en particular por enviar decenas de miles de tropas a sus fronteras del norte y del sur para ayudar a detener el flujo de migrantes que se dirigen a Estados Unidos. Dijo que el presidente Andrés Manuel López Obrador “ha sido excelente”.
“Todos estamos encantados”, afirmó Trump. “México nunca ha hecho nada para impedir que la gente venga en gran cantidad a nuestro país, y ahora están haciendo justo lo opuesto. Realmente han sido increíbles”.
El presidente se deleitó en detalles de la construcción, diciendo que funcionarios militares y de la Patrulla Fronteriza lo convencieron de que eligiera diseños más caros. Dijo que dejó atrás su preferencia por el concreto sólido y optó por bolardos de acero rellenos de concreto que les permiten a los agentes ver hacia México para detectar agresores que arrojen piedras u otros proyectiles. Estuvo de acuerdo en seleccionar barreras que tienen 9 metros (30 pies) de altura y dos capas en áreas muy transitadas.
“Es la versión Rolls-Royce”, afirmó Trump.
Cuando el mandatario le pidió al teniente general del Cuerpo de Ingenieros Todd Semonite que explicara cómo la tecnología incrustada en el muro les alerta a los agentes sobre actividades ilegales, Semonite le respondió: “Señor, creo que valdría la pena no hablar de ello”.
Semonite ofreció nuevos detalles sobre el ritmo de la construcción que dejan ver lo rápido que el gobierno planea avanzar.
Hasta ahora ha construido 106 kilómetros (66 millas), cuenta con 403 kilómetros (251 millas) en diversas etapas de construcción en 17 sitios y contratos por 262 kilómetros (163 millas) programados en los próximos 90 días, indicó el general. Se prevé que actividades adicionales en propiedad privada se lleven más tiempo.
Los trabajadores están instalando 270 paneles diarios, cada uno con ocho bolardos.
Trump, cuyas metas de construcción han cambiado, dijo que prevé erigir aproximadamente 885 kilómetros (550 millas) de muro a lo largo de la frontera de 3.126 kilómetros (1.954 millas), e indicó que el gobierno hará una pausa cuando lleve unos 643 kilómetros (400 millas) para evaluar qué más se necesita.
El presidente se ha anotado una serie de triunfos en torno al muro y en materia migratoria en general. Los arrestos en la frontera con México se desplomaron en agosto muy por debajo de la caída normal de temporada, después de que en mayo alcanzaron su mayor cifra en 13 años. La tasa de detenciones sigue siendo relativamente elevada, con más de 50.000 en 10 de los últimos 11 meses, en comparación con apenas ocho meses por encima de ese rango en la década previa.
La semana pasada, la Corte Suprema le dio a Trump luz verde para negar asilo a todo aquel que atraviese otro país en camino a la frontera sur de Estados Unidos y que no haya solicitado primero protección en ese tercer país.
El Pentágono canalizó recientemente 3.600 millones de dólares, que originalmente estaban destinados a 127 proyectos de construcción militar, para erigir 280 kilómetros (175 millas) de barreras en la frontera sur. Durante su campaña presidencial de 2016, Trump prometió que México pagaría el muro.
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