En charla con La Jornada, el músico brasileño habló del silencio, de sus hijos y del gobierno de su país: la gente creyó que era la respuesta a la corrupción.
Juan José Olivares|Periódico La Jornada|Sábado 27 de julio de 2019, p. 7
Para dormir, es esencial, dice y sonríe Caetano Veloso.
“Es bueno que esté todo callado porque así, cuando algo está bien dicho o cantado, viene todo muy claro… El silencio es como un pedazo de papel en limpio en el que puedes escribir algo o simplemente, dejarlo así… sin nada.”
Veloso, figura en Latinoamérica del ámbito de la cultura, comparte esta reflexión con La Jornada respecto a la ausencia del sonido, porque él canta y compone cual susurro estruendoso, o grito al oído.
El brasileño de Bahía sabe de ese, y de muchos otros temas más. Lo avalan decenas de discos y algunos libros. Su música para películas y hasta la creación de un movimiento: el Tropicalismo.
Más allá de su clasificación de compositor, escritor, cineasta, activista y demás, es promotor del humanismo. Efigie pública en Brasil que alza la voz cada vez que percibe una injusticia.
–¿La cultura es un contrapeso ante todo lo negativo? Se le pregunta.
–Sí. Lo es, porque tiene la energía de la creación, la cual no puede someterse a esas cosas negativas. Siempre tomará conciencia de lo que pasa.
Se le recuerda a Veloso lo que dijo a este diario en 2007: Los artistas no son líderes de opinión, pero sí, contribuyentes para un clima de buen juicio, de buen sentido.
Comenta: “La música es la instancia que puede hacer algo en todas las dimensiones de la humanidad. La creación artística se tiene que mecer con todo lo demás.
–¿Ha compuesto los acordes ideales para conseguir la felicidad?
–Para mí, esos acordes son mis hijos. Tenerlos es un hecho que ha sido muy fuerte en mí. Ellos son los que me han llevado a eso que se llama felicidad. Eso es más fuerte que cualquier nubarrón oscuro.
Tocar junto con Moreno, Zeca y Tom ha sido de lo mejor de su vida, reconoce Veloso, quien destaca la reciente gira que hizo con sus tres hijos, dedicados ya a la música.
Para llegar a esa dicha, Veloso ha recorrido buen camino.
En 1968 grabó su primer álbum. Por esos años, junto con Gilberto Gil, Gal Costa, Os Mutantes, entre otros músicos, creó, en plena dictadura militar en Brasil, el movimiento Tropicalismo, que cocinó la bossa nova con el rock y la música tradicional, con aderezo político social.
Tan politizado se volvió el Tropicalismo que en 1968, a él y a Gilberto Gil los encarcelaron. Nunca les explicaron el porqué, pero al salir tuvieron que exiliarse.
Hoy día, Veloso se erige como impulsor de la democracia y la charla vira hacia su sentir político.
–Con la llega al poder del ex militar y derechista Jair Bolsonaro, ¿volvió la tormenta a su terruño?
–Está complicada nuestra situación, pero tenemos que saber sortearla. Los brasileños debemos saber que, aunque los problemas sean muy profundos, tenemos que utilizar lo que pasa. Saber cómo trabajar con esas energías que ya están instaladas. Si queremos hacer algo para abrir caminos a la felicidad y a la grandeza, hay que crear formas de contribuir en lo colectivo.
Brasil tiene que ser muy importante en el futuro
Destaca el contraste entre lo que pasó en Brasil y en México. La llegada al poder de gobiernos muy distintos.
“La mayoría de mis amigos siente una especie de envidia sobre la situación en México. Vemos interesante que su país camine como lo está haciendo. Las cosas en Brasil se revelaron por la parte negativa. Es terrible para nosotros que hayamos sido capaces de estar como estamos.
La gente votó democráticamente por Jair Bolsonaro. Lo hicieron grupos que siguen apasionados con el poder (con manías reaccionarias), hasta la población que creyó que era la respuesta a la corrupcion que se dio en el gobierno de Lula (Da Silva).
Agrega: Bolsonaro, aunque fue diputado federal, hablaba como si no fuera político. La gente lo sentía como alguien que no tenía nada qué ver con esas figuras, en las cuales ya no creía.
Veloso afirma que mucha gente de la clase media que votó por Lula, lo hizo por Bolsonaro por decepción. Pensaban que el tipo (Bolsonaro) decía locuras pensando que no las haría cuando estuviera en el poder.
A decir del artista, Brasil tiene que ser muy importante en el futuro. Es un país con dimensiones continentales, donde está la más grande población negra fuera de África. Es uno de los que tiene más mezcla racial. Por eso tenemos la oportunidad de crear algo original; ese es mi sueño. Tengo la certeza de que Brasil tendrá que decir algo que nadie ha dicho todavía.
–¿Nunca le interesó ser político?
–No, porque soy muy artista. Me parece aburrido y no tengo tiempo para estar con aquellos hombres con esas caras discutiendo todo el tiempo. Además, no tengo vocación. Me gusta ser artista.
Veloso lo es, y ahora, inspiración para creadores de generaciones consecutivas, como para él y los tropicalistas fueron músicos como Joao Gilberto o Tom Jobim, creadores de la bossa nova.
En Brasil, la música popular siempre ha sido y será fuerte. Con el nacimiento de Internet todo cambió. Hay públicos diversos. Cuando era joven, un artista era conocido por todos, y hoy no es así. Actualmente hay fenómenos que son más grupales, sectoriales o comerciales; son fenómenos que tienen su energía. Y también hay creadores que hacen cosas sofisticadas, las cuales dialogan con estas que mencioné antes, a veces rechanzándolas o incorporándolas. Y eso, para mí, significa salud cultural.
Caetano es activista de la democracía. Aparece en medios y redes sociales, pero argumenta que no las ve.
“Cuando quiero decir algo, envío un post a mi equipo y lo sube a redes. Luego, siento la reacción de la gente”, a la que incluso, hay que recordar que, en plenas eleciones, propuso una lista de canciones políticas en Spotify. La idea era que la música es resistenciao, al menos, “eleva el ánimo de la gente, y los diálogos siguen…”.
Veloso tocará este sábado en Ciudad Universitaria (CU), en una de las diversas sedes del encuentro Cantares, que el fin de semana reunirá a 50 músicos de trova y canción urbana nacionales e internacionales.
En las llamadas Islas de CU, compartirá escenario a partir de las 11 y media de la mañana, con Óscar Chávez, Inti Illimani, Fernando Delgadillo, Isabel y Tita Parra, y Leticia Servín. Los conciertos son organizados por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.
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