Infinitas visiones en exposición de Toledo
Merry MacMasters |La Jornada| miércoles, 17 jul 2019 07:33 | Ciudad de México. La iniciativa mayor en este momento de Francisco Toledo, quien hoy cumple 79 años en plena actividad creativa, es Toledo ve, exposición de más de 650 piezas montada en el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP), desde el 3 de julio. Actualmente el artista trabaja en la realización del video de esta muestra enfocada a su faceta de diseñador. Toledo ve está pensada para itinerar, se habla de la ciudad de Puebla y posiblemente Mérida.
El MNCP, sin embargo, no es el único recinto para admirar la obra del también activista social y promotor cultural. La Galería de Arte Mexicano (GAM) exhibe Toledo: imagen y texto, que concluirá el 23 de agosto.
Un proyecto de largo aliento es su serie de autorretratos. La muestra Naa Pia’: yo mismo, de 120 piezas, fue abierta en mayo de 2017 en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), de la creación del propio Toledo. Tenía casi 10 años de no exponer de manera individual en su estado natal. Ese mismo año la exposición se montó en la galería Latin American Masters en Santa Mónica, California.
En 2018 regresó a México renovada para su presentación en la Galería Juan Martín. Entre 59 autorretratos también había obra creada ese año. Para el catálogo de esta tercera exhibición, Toledo escribió: ‘‘A principios de los años 60 (del siglo pasado) visité el Museo de Colonia, donde vi uno de los últimos autorretratos de Rembrandt. Me gustó mucho: viejo, desdentado, con un trapo amarrado a la cabeza –tal vez ya calvo– riendo ante un espejo.
‘‘Tenía yo 21 años. ¡Quién diría que años después me vería en aquel espejo!”
Literarios en el CaSa
¿Sigue retratándose?, se preguntó a Toledo con motivo de la exposición de la Galería Juan Martín. ‘‘Como empiezo muchas cosas, tengo autorretratos que quisiera terminar”, contestó. ‘‘¿Qué otras cosas tengo? Insectos que vuelan. Me pidieron que hiciera pirámides para una exposición colectiva que organiza el Museo Regional de Antropología de Yucatán. Me gustó la idea de salirme de los autorretratos e insectos; empecé a hacer pirámides y chac mooles”.
El Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), abierto en 2005 en San Agustín Etla, Oaxaca, es un proyecto muy cercano a los afectos de don Francisco. Daniel Brea, director del CaSa, habla de un trío de iniciativas de su fundador y benefactor. ‘‘Uno de los grandes proyectos que impulsó el maestro Toledo es la expansión este año de los premios CaSa. Desde 2011 los dimos en zapoteco y el año pasado en mixteco. Con la beca que el maestro recibía como creador emérito del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, este año se amplió la convocatoria a las lenguas mixe, triqui y huave. Las convocatorias concluirán en octubre.
‘‘Otro proyecto en el que ha participado mucho ha sido el programa de automodelo para las músicas y la tradición oral en Oaxaca. Sucede que en el estado la música de violín es muy débil, somos más fuertes en la de viento. Entonces, la música de violín y de percusiones es de la tradición oral, no se escribe, algo que inhibe las repercusiones en cuanto a su transmisión. Desde hace años trabajamos con Rubén Luengas en un proyecto que apoya Toledo para traer al CaSa niños y jóvenes de varias comunidades de Oaxaca.
‘‘Aquí tenemos maestros de interpretación de violín y de etnomusicología, que no sólo los ayudan en la interpretación sino también contextualizan la música que trabajan. Acaban con un repertorio escrito que después tocan y más adelante difunden en su comunidad.”
Luego están los proyectos con centros de reclusión. ‘‘En Oaxaca –añade Brena– trabajamos con el centro penitenciario Ixcotel, el único en el país que cuenta con una prensa de grabado. Apoyamos con talleres y Toledo con materiales, tintas y material para la biblioteca. Han montado exposiciones y proyectos que editamos como el de una lotería con imágenes carcelarias que se distribuyen en todos los centros penitenciarios.