San Raymundo Jalpan, Oax.- El Estado de Oaxaca es una de las tres entidades federativas con mayor porcentaje de matrimonio infantil en México, así lo señala un estudio elaborado por el Centro de Estudios de la Mujer y Paridad de Género del Congreso Local.
Con un 39 por ciento de mujeres que se han casado antes de los 18 años de edad, Oaxaca enfrenta uno de los principales desafíos: prevenir y evitar los matrimonios y uniones de infantes y adolescentes y que tiene que ver con la armonización de toda la legislación secundaria, especialmente de los Código Civil y Penal.
En la entidad el Código Civil señala en su artículo 147, que para contraer matrimonio es necesario que los contrayentes hayan cumplido dieciocho años de edad y en el artículo 156, establece como impedimento para celebrar el contrato de matrimonio la falta de edad requerida por la ley.
Sin embargo, la legislación local actual no plantea ningún tipo de sanción a las personas que inciten estas uniones y prácticas donde las niñas son valoradas como objetos de intercambio y son educadas con habilidades domesticas que elevan su valor.
El Centro de Estudios de la Mujer del Poder Legislativo, señala también que el matrimonio infantil representa una grave violación a los derechos humanos, pues afecta el desarrollo integral de la niñez, y es de consideración que las niñas son las más afectadas debido a las desigualdades que enfrentan.
Ahí mismo resalta diversas restricciones y privaciones, donde una de las implicaciones más preocupante es el tema de salud, específicamente las infecciones de transmisión sexual a las que las niñas están expuestas incluyendo el VIH/SIDA.
El acceso a la educación es otra de las repercusiones de los matrimonios infantiles, pues las niñas, niños y adolescentes abandonan los estudios que en su momento cursaban, esto eleva los indicadores de abandono escolar y más allá de los indicadores.
Por ello el Centro consideró que el Estado Mexicano y sus Entidades Federativas, en carácter de prioridad, deben armonizar la legislatura para erradicar estas prácticas y en la entidad oaxaqueña se debe concientizar a la población y especialmente a los pueblos que se rigen bajo usos y costumbres, sobre la desigualdad y la violación a los derechos humanos a los que están sometidos los niños.