-Comparecencia en el senado -Funcionarios de salud destapan corrupción y deudas heredadas -En el Issste, daño patrimonial por 19 mil millones de pesos.
Víctor Ballinas/Periódico La Jornada/Martes 23 de abril de 2019, p. 28. Funcionarios de diversas instituciones del sector salud denunciaron en el Senado que encontraron un cúmulo de irregularidades, corrupción, deterioro de infraestructura y equipos médicos, así como colusión entre proveedores de medicamentos, empresarios que prestan el servicio de comedor y funcionarios.
Pedro Zenteno, director de normatividad de administración y finanzas del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), agregó que el organismo está en quiebra financiera por los abusos y corrupción de sus ex directivos.
Afirmó que en el Issste hacen falta 22 mil millones de pesos y que su operación se complicará si para julio no hay una ampliación presupuestal y si las entidades de la República y las secretarías de Estado no cubren los adeudos que tienen con el organismo.
Ayer comparecieron ante la Comisión de Salud del Senado siete funcionarios –una de Hacienda y seis del sector salud– para explicar la compra consolidada de medicamentos, el desabasto de éstos y la situación de la infraestructura hospitalaria.
El panorama más negro lo expuso Zenteno. Dijo que el Issste tiene un pasivo de casi 19 mil millones de pesos heredado de la administración anterior. Asentó: Ahí hay daño patrimonial y actuaremos conforme a la ley. No podemos permitir que se haya llevado al instituto a esa situación. Hay responsables, y en su momento los haremos saber.
Además, aseguró que se detectó sobreprecio de medicamentos de 125 a mil 168 por ciento, sobre lo cual también hay responsables y se va a proceder.
El director de administración y finanzas de la Secretaría de Salud, Pedro Flores Jiménez, advirtió que a la dependencia le faltan 10 mil millones de pesos, una cantidad bastante fuerte para hospitales de alta especialidad e institutos descentralizados.
Sobrecostos
En su diagnóstico, denunció que detectaron prácticas de corrupción en la compra de alimentos en hospitales e institutos de 2013 a 2019 y ya se presentó denuncia ante el órgano interno de control de la dependencia y ante la Cofece porque se detectó colusión entre las empresas de alimentos, que se repartían los contratos.
A su vez, el director de administración del IMSS, Flavio Cienfuegos Valencia, dijo a los senadores: “Encontramos 164 millones de pesos en sobrecosto de compra de guantes y hospitales abandonados. También, que ya se presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) porque 200 jubilados y pensionados de Sonora fueron objeto de fraude por una organización civil.
Ante las preguntas de legisladores respecto a la queja de proveedores por pagos pendientes, reconoció: Sí los hay, se trata de 69 millones por trámites internos.
Informó que en el primer trimestre de este año, 96 de 114 proveedores han incumplido los contratos que les fueron adjudicados, por un monto que supera 408 millones 22 mil pesos.
Cienfuegos detalló que a causa de las prácticas comerciales de colusión entre provedores se han generado sobrecostos. Puso por ejemplo el caso de los guantes de látex, los cuales representaron una erogación de 174 millones de pesos más para el erario, pero también se han identificado prácticas de colusión en compras de suero, insulina humana y banco de sangre, entre otros.
En tanto, el subdirector de Servicios de Salud de Pemex, Rodolfo Lehmann, destacó que recibieron ese sector, donde no existe mantenimiento en hospitales desde hace cuatro y seis años. Además, refirió: Pemex compra medicamentos 10 o 15 veces más caros que si se adquirieran a través de las compras consolidadas y se recibió una deuda de mil 100 millones de pesos en fármacos que debemos y tenemos que pagar.
En tanto, la titular de la Comisión Nacional de Protección Social en Salud, Angélica Ivonne Cisneros Luján, reconoció que hay desabasto de medicamentos, fundamentalmente en los estados; se deben a las deudas que varios tienen con los proveedores que, a su vez, han dejado de surtirlos.